El plan de expansión del grupo alimentario Guissona incluye la construcción de una planta de transformación cárnica en Aragón. Eso sí, el proyecto, que responde a la voluntad de la compañía leridana de seguir expandiendo su red de establecimientos bonÀrea hacia la Ribera del Ebro y Valencia, se encuentra en una fase muy incipiente y no se acometerá antes de al menos cinco años, según indicaron ayer fuentes de la empresa.

De hecho, la firma lleva mucho tiempo dándole vueltas a la posibilidad de levantar un gran complejo cárnico en la comunidad. Ya a finales del 2011, el presidente del grupo, Jaume Alsina, anunció su intención de dar el salto a Aragón para expandir sus productos a regiones como Navarra o La Rioja. Actualmente, la compañía está implantada sobre todo en Cataluña, Aragón y Castellón, aunque también tiene cuatro tiendas en Madrid y una en Guadalajara. La firma, no obstante, quiere centrar su crecimiento en el norte del país. La comunidad sería la base de operaciones idónea porque, además, ya cuenta con socios productores en el territorio.

Hay que recordar que Guissona apostó desde sus inicios en 1995 por un modelo de negocio de integración vertical sin intermediarios, basado en el control de todo el proceso, desde la cría y alimentación del ganado hasta la venta directa, pasando por la transformación de los productos cárnicos.

LA UBICACIÓN, EN EL AIRE Lo que aún no sabe la empresa es dónde ubicará la planta. El grupo cuenta en la comunidad con una fábrica de piensos en Bujaraloz, granjas de cerdos en Sena y 260 hectáreas de cereal en Épila. La compañía tampoco concretó las dimensiones de la factoría, aunque lo que está claro es que no será tan grande como la única planta procesadora que tiene actualmente: la de la localidad leridana de Guissona, con más de 200.000 metros cuadrados construidos y unos 2.500 trabajadores directos.

Este macrocomplejo, que incluye varios mataderos, aún puede asumir un 50% más de carga de trabajo. En un principio, hasta que eso no suceda, no se plantearía dar el salto a Aragón. El grupo, que emplea a cerca de 4.500 personas, facturó 1.463 millones de euros en el 2015.