A Manuel Díaz se le han ido para siempre las ganas de invertir en bolsa. Este zaragozano de 67 años es uno de los miles de accionistas del Popular y, como ellos, también ha perdido todo lo invertido. Desde el pasado miércoles, cuando se conoció que el valor de los títulos del banco se había reducido a cero, la indignación y la rabia han ido creciendo en el interor de este jubilado aragonés, cuyo perfil dista mucho del típico especulador en bolsa. De hecho, según asegura, las del Popular son las únicas acciones que ha tenido nunca.

«El dinero que me dieron de la prejubilación en el 2010 lo metí en el depósito Gasol del Popular porque me daba un interés del 3,75% y, cuando se terminó a los tres años, decidí invertir una parte de lo que había en acciones del banco», explica Díaz, que apunta que tiene 6.300 títulos. «Calculo que en total invertí cerca de 14.000 euros», lamenta.

Ahora, el zaragozano asegura sentirse «estafado y engañado». «Si decidí comprar las acciones fue porque el banco me daba mucha, aunque todo lo que ha pasado esta semana ha sido un auténtico atraco», denuncia Díaz, que el viernes fue a informarse a la asamblea de afectados organizada por la asociación de consumidores Adicae en Zaragoza.

Como él, más de 295.749 ahorradores poseían paquetes accionariales de menos de 20.000 euros, por lo que quienes han pagado el pato de la crisis del Banco Popular no son solo los grandes inversores. En gran número son pequeños accionistas, muchos de ellos también clientes del banco, y otros tantos trabajadores que acudieron a las ampliaciones realizadas por la entidad para elevar sus niveles de solvencia.

Muchos de ellos han comenzado a contactar con asociaciones de consumidores y bufetes de abogados para sondear las posibilidades de reclamar en los tribunales el dinero que han visto esfumarse tras la resolución de la entidad y su venta al Santander por un euro.

Ampliación de capital

Casi la décima parte de esos pequeños accionistas, 27.892, fueron captados durante la ampliación de capital del año pasado, según los datos del banco, pero no todos. Guillermo, un zaragozano que prefiere mantener su anonimato, no se hizo accionista del Popular en la ampliación. De hecho, él las compró hace un mes. «Invertí 4.000 euros cuando cada título valía 80 céntimos; ahora, directamente, nos las han quitado», critica. El zaragozano asegura que no es ningún experto en bolsa, aunque las del Popular no son las únicas acciones que tiene. «Como en la cuenta no dan nada, siempre intentas buscar un poco más de rentabilidad», explica Guillermo, que indica que lo que ha ocurrido «ha sido una expropiación en toda regla».

En este sentido, denuncia la solución que se ha buscado para resolver el problema de liquidez de la entidad y apunta que hace poco más de seis meses el Banco Central Europeo aseguró que el test de estrés del Popular era correcto. Además, apunta que la justificación utilizada por el Gobierno para resolver la crisis le parece una broma. «Guindos dijo que de esta forma los españoles no iban a pagar la crisis del Popular, pero eso no es cierto porque entonces, ¿qué pasa con nosotros?».

No todos los accionistas tenían poca formación inversora. Uno de los casos más llamativos entre los afectados es el de Félix Revuelta, presidente de Naturhouse, que asegura haber perdido 45 millones de euros. Revuelta dirige el Grupo Kiluva, un hólding familiar que participa en otros negocios como las bodegas Heredad de Baroja, la química Sniace y la Unión Deportiva Logroñés. El empresario ha señalado a los responsables de la deriva del banco. «No se preveía esto en los consejos de administración», ha afirmado en relación a los dos últimos responsables que ha tenido la entidad, Ángel Ron y Emilio Saracho.

Revuelta se ha puesto al frente de las reclamaciones judiciales que empiezan a canalizarse hacia los juzgados. Gallego, por su parte, no ha encontrado la plataforma jurídica que le merezca confianza. Su afán no es tanto recuperar el dinero como que se sepa que esto «ha sido un montaje urdido por el Estado». Eso sí: dejará de ser cliente del Popular.