Los hogares españoles pagaron el año pasado un recibo de la luz el 11,2% más caro que la media de la Unión Europea (UE) y para las pequeñas industrias este fue el 34,3% más elevado. Si la comparación se realiza con respecto a la zona del euro (19 países en vez de 28), es el 3,6% superior en el primer caso y el 23,2%, en el segundo. Son conclusiones de un estudio periódico realizado por el organismo público Icaen en el que se constata esa diferencia de precios, especialmente cuando se incluyen los impuestos y cargas que recaen sobre la factura.

Esa es una característica que ya ha denunciado en alguna ocasión el Informe Robinson, del Oxford Institute for Energy Studies. Este informe destaca que el diferencial no es porque producir y distribuir los kilowatios (kW) sea mucho más caro en España sino porque en la factura se esconden cargos que se han acumulado durante los años de forma poco transparente e incomprensible para el usuario para el que suponen en torno a la mitad de lo que paga mensual o bimestralmente.

Ese análisis demostraba que el recibo de la luz aumentó en España el doble que la media de la UE durante la crisis (del 2008 al 2014). En ese periodo, servicios esenciales como la luz, el gas o el agua subieron en torno al triple que los salarios.

ESTRUCTURA TARIFARIA

El estudio del Icaen concluye que la estructura tarifaria de la energía en España «favorece a las grandes consumidores industriales y perjudica a la pequeña industria, los servicios y el consumidor doméstico», los más numerosos, pero con consumos inferiores.

Para las industrias, el precio de la energía suele ser un factor de gran peso, ya que afecta directamente a su estructura de costes y, por tanto, a su competitividad. Por eso se produjo una lluvia de críticas cuando el Gobierno pactó con el PNV una mejora tarifaria que beneficia esencialmente a las industrias vascas y discrimina -por razones técnicas- a las de otras comunidades autónomas, a cambio del apoyo de los nacionalistas a los Presupuestos del Estado para este año.

El Icaen (Instituto Catalán de la Energía) resalta en su informe que los consumidores particulares con consumos entre 2,5 y 5 megavatios (MW) por hora, con 228,4 euros por MWh, pagaron en la segunda mitad del 2016, el 11,2% más que la media de los 28 países de la Unión Europea. En total había 21 países con un recibo más bajo para el mismo consumo.

El mismo estudio destaca que entre el 2008 y el 2016, el recibo eléctrico de los hogares acumuló un incremento del 67%. Durante el mismo periodo, el alza acumulada en la UE fue del 30% y del 34% en la eurozona.

Desde el segundo semestre del 2010, el precio en España se sitúa por encima de la media europea. Esta tendencia solo se rompió de forma puntual en el primer semestre del 2014 y en el primero del año pasado.

Lo mismo sucede para las pequeñas industrias y comercios (consumo anual inferior a 20 MWh), con un recibo el 34,3% más elevado, sin incluir en ese caso ni el IVA ni otros tributos deducibles. En este caso, entre el 2008 y el 2016, el aumento acumulado es del 80%, mientras que durante el mismo periodo en la UE fue del 24% y del 29% en la eurozona.

CONSUMO DE GAS NATURAL

El mayor despegue de precio para estos consumidores se produjo en el primer semestre del 2011, «marcadamente superior a la media europea», según destaca el estudio. La tendencia cambió en el 2014, con un descenso progresivo y su estabilización el año pasado. El caso de las industrias de más consumo (de 500 MWh en adelante) es diferente, ya que sus precios siempre se sitúan por debajo de la media europea.

En el caso del gas natural, la franja de consumo con más usuarios particulares, de 5,6 a 56 MWh anuales, el recibo es el 19,2% superior a la media de la UE y hay 23 países con tarifas más bajas. En cambio, para los consumos por debajo de 5,6MWh, es el 6,3% inferior. Para las industrias, la tarifa de gas natural siempre está por debajo de la media.

En general, el coste del gas natural para la industria es inferior en España que en el conjunto de Europa. Este diferencial oscila entre el -13,6% para aquellas empresas que consumen entre 2.800 y 28.000 MWh anuales y el 2,6% para aquellas que consumen menos de 280 MWh.