Antes de la crisis las horas extras no pagadas (sobre todo, por prolongación de la jornada laboral sin declarar por parte del empresario) eran menos que las abonadas; con la recesión y la destrucción de empleo cayeron tanto unas como otras, pero ahora, pese a la mejora de la economía y la reducción del paro, el trabajo no declarado y no pagado crece a mayor ritmo que la creación de empleo. Esta situación de explotación laboral, según los sindicatos mayoritarios, supone una merma de mano de obra y de ingresos a la Seguridad Social. En concreto, CCOO asegura que si no se realizaran las horas de más no pagadas se podrían crear 156.300 empleos y UGT calcula que se ingresarían 3.500 millones en el sistema de protección social.

En el 2008, el 61% de las horas extras estaban retribuidas y el 39% no lo estaban. A finales del 2015 las cifras muestran un vuelco: el 44% se pagaban y el 56% no. Ambas bajaron al inicio de la crisis con la destrucción de empleo. En el 2015 las primeras crecieron hasta alcanzar la mitad de las realizadas en la etapa anterior (2,8 millones).

Las no pagadas repuntaron en el 2012 pese a que seguía aumentando el paro, y en el 2015 ya habían llegado a 3,5 millones a la semanas, casi el nivel del 2008 pese a que hay 2,1 millones menos de trabajadores asalariados. Este volumen de trabajo ilegal fue realizado por unos 366.000 empleados, aproximadamente la mitad de los 728.000 empleados (el 5% de los ocupados por cuenta ajenas) que realizaron horas extra, según un informe realizado por el gabinete económico de CCOO.

PRODUCTIVIDAD Y DEVALUACIÓN

Luis Zarapuz, economista y responsable del estudio, considera que esta práctica ilegal se está con solidando y "una parte de la mejora de la productividad y de la devaluación salarial del factor trabajo se explica por esta evolución de las horas extras no pagadas".

Con las 2,8 millones de horas a la semana pagadas se podrían crear 69.350 empleos; y las 3,5 millones de horas no pagadas equivaldrían a 86.950 empleos. En total, con las horas extra realizadas por los asalariados en el 2015 los empleos que se podrían crear ascienden a 156.300, según este sindicato.

La pérdida de empleo y de salario significa también una falta de ingresos para la Seguridad Social por cuotas de los empresarios y de los trabajadores. El sindicato UGT por su parte ha calculado que entre el 2010 y el 2015 el número de horas extra pagadas se han reducido un 13,8% y las horas extra no pagadas han crecido en un 33,5% (797 millones de horas extra no pagadas en este periodo). Por tanto a los trabajadores se les ha hurtado unos 12.500 millones de euros en salarios en los cinco últimos años, que además han dejado de ingresar unos 3.500 millones de euros en cotizaciones no pagadas.

Isabel Araque, secretaria confederal de UGT, denuncia este "abuso empresarial" ya que "ninguna norma exime a los empresarios de retribuir el exceso de jornada. Todas las horas trabajadas deben pagarse".

NUEVO PERFIL

Tras la crisis también ha cambiado la composición sociolaboral de los trabajadores afectados por el aumento del trabajo no pagado. Esta práctica irregular estaba vinculada al trabajo precario y poco cualificado pero ahora eñ perfil es distinto: hombre, asalariado del sector privado, con contrato indefinido y jornada a tiempo completo que desempeña un trabajo incluido en la categoría de técnico, profesional y directivo, según los datos de la encuesta de población activa (EPA) analizado en el informe.

El sector servicios concentra la mayor parte (cerca del 75%) de las horas extras desde el 2012, pero se constata que en el 2015 el 60% de las horas extras en esta actividad no se pagan.