Ibercaja continúa avanzando en la reestructuración de su red comercial, sobre todo como consecuencia de las duplicidades que se dan con la CAI, que fue absorbida por el grupo que lidera Amado Franco. El consejo de administración de la entidad aprobó ayer el cierre de 28 oficinas, 25 de ellas situadas en Aragón y provenientes de Caja Inmaculada. La medida se ejecutará el 28 de noviembre.

Fuentes sindicales minimizaron ayer el efecto que pueden tener en el empleo estos cierres. No prevén "situaciones traumáticas" porque "hay suficientes huecos" en las oficinas de Zaragoza ciudad para absorber la plantilla que sobre de los establecimientos que echen la persiana.

De las 28 oficinas que desaparecerán, tan solo una --situada en un pueblo de Guadalajara-- es de la antigua Ibercaja. Los 27 restantes proceden de Caja3, el grupo absorbido del que formaban parte CAI, Caja Badajoz y Caja Círculo de Burgos, cuya integración culminó el 1 de octubre. De estas, 25 operaban con Caja Inmaculada y otras dos con la citada entidad burgalesa.

Una docena de las oficinas afectadas está en la ciudad de Zaragoza, donde desaparecerán sucursales de CAI como la situada en el paseo de las Damas, justo enfrente de la sede central de Ibercaja. El resto de cierres serán en la provincia de Huesca y en Teruel no habrá ninguno.

Ibercaja prosigue así con la redimensión de su presencia en la calle. De hecho, el acuerdo entre el comité y la dirección de Ibercaja del pasado mayo fijaba la clausura de 50 oficinas de su red propia (sin contar Caja3) hasta el 31 de marzo del 2015. A este pacto se circunscriben las nueve sucursales que se cerrarán el 19 de noviembre, dos de la capital aragonesa --una del paseo de la Independencia-- y siete de la provincia. El ajuste continuará con el 2015 como año clave.