Ibercaja tiene previsto cerrar 55 oficinas en Aragón, 33 en Extremadura, 30 en La Rioja y Guadalajara, 16 en la zona del Mediterráneo, 15 en Castilla y León y 12 en Madrid. Sin embargo, la afección en el empleo por territorios es una incógnita que ayer la entidad no despejó en la tercera reunión que mantuvo con los sindicatos (UGT, CCOO, Asipa, CGT, ACI y Csica) para negociar un ERE que conlleva un recorte de 686 puestos de trabajo y el cierre de 160 oficinas en total.

Los sindicatos salieron ayer molestos de un encuentro en el que sellaron la unidad sindical para afrontar un ERE que se presume conflictivo. De hecho, los representantes de los trabajadores temen «despidos traumáticos», ya que las extinciones por edad se limitarían a unos 250 trabajadores, en el caso de que abandonaran la entidad los empleados con 58 y 59 años. Hasta 686 aún restarían 436 bajas. Y eso preocupa y mucho a los sindicatos que critican la «falta de información» para afrontar el proceso de negociación. Además, consideran el ajuste «injustificado», ya que no hay motivos económicos para ello, argumentan las organizaciones.

El malestar es tal que UGT incluso trasladará al consejo de Ibercaja la petición de cese del consejero delegado, Víctor Iglesias, por su «mala gestión», que nos ha llevado hasta aquí. Mientras, CCOO no descarta incluso judicializar el ERE si la negociación sigue por estos derroteros. Asipa calificó de «sesgada» la información aportada por Ibercaja y advirtió de que el ajuste entrañará más dificultades que los anteriores. La próxima reunión está prevista para el martes 4 de abril.