Hay estands más grandes que un piso de soltero y expositores que parecen auténticos clubs nocturnos neoyorkinos o barcos de pescadores. Hay filas interminables para conseguir una tortita rellena de crema de cacao, y caras de sorpresa después de probar una piruleta de gintónic. Hay embutidos sin carne, bollería con algas, chicles energizantes, té con sabor a sandía, pizzas cuadradas o kits para cocinar tortillas de patata en cápsula. Pero, sobre todo, hay comida y bebida de todo tipo y mucha gente chupándose los dedos. Porque a Alimentaria hay que ir con el estómago vacío, aunque los regalos escasean más que en otras ediciones. Es una feria deliciosa, que huele y sabe al mundo entero. Y también a Aragón. Medio centenar de empresas de la comunidad, un 20% más que hace dos años, muestran sus innovaciones en este certamen, que hoy cierra sus puertas en Barcelona, con el objetivo de consolidar su presencia en el mercado nacional, abrir nuevos destinos internacionales y ampliar el valor de sus exportaciones.

Pasear por la feria, encontrarse con las aceitunas de Hijos de José Lou y empezar a salivar es automático. En Alimentaria dan a conocer aceitunas con varios aliños naturales a base de romero, tomillo o hinojo, y con mojo picón. Nadie se resiste a probarlas. "Nuestros sabores nos están diferenciando de la competencia, pero sobre todo la calidad, que es lo que busca el cliente extranjero", afirma Maite Lou, responsable de exportación de la firma familiar, cuyo reto para este año es hacerse un hueco en el sureste asiático y que, dentro de dos, el 25% de su facturación corresponda al mercado exterior (ahora es el 16%).

Con ellos comparten estand del Gobierno de Aragón varias innovaciones con sello aragonés. Almazara Gil Egerique (Maella) presenta caviar de aceite de oliva virgen extra, y Botularium (Guadalaviar) añade a su catálogo de embutidos de caza un sabroso gazpacho de color anaranjado que gusta, y mucho, a los visitantes indios, a juzgar por la cantidad de veces que rellenaban su vasito. También Pastas Romero ofrece como novedad productos sin gluten y cuscús mientras las ventas de sus fideos instantáneos Kung Food no dejan de crecer.

VINO DE CARIÑENA EN ÁNFORAS

En el pabellón de Intervin, las bodegas compiten por conquistar al público. Grandes Vinos y Viñedos, de la Denominación de Origen Cariñena, promociona Iglup, una bebida a base de garnacha, blanca y rosada, con burbujas que "debe servirse requetefrío", aconseja su etiqueta. Sin embargo, la última novedad de la bodega es el Anayon Terracota. Como su nombre inspira, este caldo de variedad cariñena envejece en ánforas de barro, y no en barricas de madera, al estilo de los romanos. "En lugar de vainillas y robles, aporta sabores primarios, a humedad y a tierra", explica José Antonio Briz, director general de la bodega. Se lanzará al mercado dentro de dos meses y la producción se limita a 2.000 botellas.

La mayoría de las agroindustrias de la comunidad participan en este tipo de ferias para aumentar su clientela extranjera. Es el caso de Brazal, la marca de Arrocera del Pirineo, que quiere exportar a Emiratos Árabes; Lacasa, cuyo comercio exterior crece dos dígitos cada año; o los jamones de Airesano (grupo Térvalis), que ya están presentes en más de 50 países. "Hay que estar en Alimentaria para saber qué está pasando en el mundo en este sector y qué quiere el consumidor, para intentar dárselo", defiende su presidente, Generoso Martín.

Las firmas aragonesas han recibido esta semana la visita del consejero de Desarrollo Rural del Gobierno de Aragón, Joaquín Olona, al que han podido dar a conocer proyectos, novedades alimentarias o líneas de trabajo innovadoras que "son una buena muestra de dinamismo y nivel empresarial", considera. "Que las empresas aragonesas estén aquí es una prueba del potencial exportador que tenemos en la comunidad, donde tanto las firmas grandes como las pequeñas han contribuido a aumentar la internacionalización de nuestros productos", destaca. El año pasado, la industria alimentaria aragonesa vendió al exterior por valor de 794 millones de euros, con la carne, el vino y los dulces como sectores más activos.