A juzgar por los escandalosos sueldos y retiros dorados que se habían preparado algunos directivos de las cajas de ahorros, parece que muchos ejecutivos del sector han gobernado esas entidades, ahora reconvertidas en bancos, como un cortijo. Cabildeo político y expolio se repiten en los casos de cajas en que ha intervenido el Banco de España. La cuestión es si se podía haber perseguido antes de que fueran tomadas por el supervisor.

"Personalmente, me parece bastante inadmisible, pero legalmente habrá que ver si esas retribuciones se ajustaban a lo que se había dispuesto por parte del consejo y en los estatutos", dijo ayer la vicepresidenta y ministra de Economía, Elena Salgado.

Precisamente, el Banco de España sacó a consulta pública la semana pasada una circular normativa que le otorga el poder de "reducir de forma considerable la remuneración variable (de los directivos) cuando la entidad obtenga unos resultados financieros mediocres o negativos", tanto en la retribución que se está pagando como en la ya abonada.

Que se dote de esos poderes al supervisor da a entender que no podría haber hecho gran cosa para frenar los desmanes indemnizatorios de las cajas por falta de competencias, pero en la banca no lo ven así. "Lo escandaloso no son las cantidades, sino el estado de derribo en que han dejado las cajas sin que el Banco de España haya tomado cartas en el asunto: debía y podía haber hecho más", dice un directivo de un banco.

Un ejemplo notable es el de Nova Caixa Galicia, donde tres directivos --entre ellos, el exdirector general, José Luis Pego-- que la abandonaron se han embolsado 23,6 millones. Y ello pese a que el Estado nacionalizó la institución y se quedó con el 93% de las acciones del banco.

En el informe que acompañaba la carta de despido de María Dolores Amorós, exdirectora general de la CAM, los administradores del FROB argumentaban que esta maniobró para asegurarse una jubilación mayor de lo estipulado por las directrices de la caja. Poco después de su nombramiento, cerró un acuerdo con el entonces presidente, Modesto Crespo, para percibir un sueldo anual de 593.040 euros y una renta vitalicia asegurada 369.497 euros al año. El gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, calificó la gestión de "escandalosa".

Son varios los casos que han saltado a los medios de comunicación: el FROB tuvo que lidiar con retribuciones excesivas en CCM, Cajastur. Lo mismo le ocurrió a Rodrigo Rato en su aterrizaje en Caja Madrid. Sin olvidar que Fernando Casado tuvo que abandonar la presidencia de CatalunyaCaixa por reclamar un sueldo inmodesto par el criterio del resto de miembros del consejo.