España es uno de los países de la eurozona y de la Unión Europea (UE) que recauda menos en proporción a su producto interior bruto (PIB), pese a los elevados tipos de sus impuestos, según puso ayer de manifiesto el informe del déficit público en el 2013 elaborado por Eurostat, el organismo de estadísticas europeas. La recaudación total de España se limita al 37,8% del PIB, frente al 46,8% de la media de la eurozona y al 45,7% de la media de la UE. Incluso un estado intervenido y casi fallido como Grecia logra recaudar mucho más que España: el 45,8% de su PIB.

Ese nivel tan bajo de recaudación tributaria es consecuencia de un elevado nivel de fraude y de un sistema impositivo muy mal diseñado que permite a las grandes empresas y a las personas con mayores ingresos eludir buena parte de la tributación que les correspondería, según se desprende de los informes elaborados por la Comisión Europea. Precisamente, la UE exigió en junio del 2013 a España que adoptara para febrero de este año una reforma global del sistema fiscal, que el Gobierno de Rajoy no parece saber cómo abordar.

Todos los países importantes de la eurozona tienen un nivel de recaudación mucho más alto: Alemania (44,7% del PIB), Francia (52,8%), Italia (47,7%), Holanda (47,3%), Austria (51,2%) y Bélgica (52%). Incluso Portugal logra un nivel de recaudación más alto (43,7%) o fuera de la eurozona, Gran Bretaña, con impuestos más bajos que España, recauda mucho más: el 41,3% del PIB.

LÍDERES EN DÉFICIT El bajo nivel de recaudación de España es el responsable de que su déficit público sea el cuarto más elevado de la UE, ya que se situó en el 7,1% del PIB al acabar el 2013 incluyendo el coste del saneamiento del sector bancario, según Eurosat. El déficit público español solamente fue superado por Eslovenia (14,7%), Grecia (12,%) e Irlanda (7,1%). La cifra española contrasta con el 3% de media de la eurozona y con el 3,3% de media de la UE.

Si de la cifra total del déficit español se excluyen los 0,5 puntos porcentuales de PIB que costó sanear la banca el año pasado, el déficit baja al 6,6% del PIB, precisó Eurostat. Con la cifra depurada del coste bancario, España se convierte entonces en el segundo país de la UE con mayor déficit público, sólo superado por una décima por Irlanda (6,7%), lo que muestra el grave desequilibrio que persiste en las cuentas españolas a pesar de los profundos recortes del gasto social y la inversión en los presupuestos de los últimos años. En Grecia y Eslovenia, el coste del saneamiento bancario equivalió a más del 10% del PIB.

La Comisión Europea decidió excluir el coste de sanear la banca del cálculo del déficit que se utiliza para comprobar el cumplimiento de las recomendaciones de la UE para reducir los déficits superiores al techo máximo autorizado del 3% del PIB.

La cifra de este déficit público español depurado al 6,6% supera en 0,1 puntos el objetivo fijado por la UE para España en el 2013, pero esta desviación no debería plantear problemas con la Comisión Europea. La cifra final es casi la misma anunciada por el Gobierno, aunque se ha visto incrementada en 161 millones por discrepancias en la contabilización de algunas ayudas a la banca.