Vuelve la inflación a los mercados y con ella un cambio de mentalidad de los inversores. Aunque en el fondo no es más que una agudización de las tendencias que ya empezaron a marcarse en la segunda parte del 2016, los expertos se preparan para movimientos muy selectivos del mercado en los que la subida de los tipos de interés marcará el camino. En ese contexto se dibujan algunas consideraciones a tener en cuenta a la hora de plantearse cómo enfocar el año desde el punto de vista de la inversión y el ahorro.

EL PETRÓLEO IMPULSA LA INFLACIÓN

Durante los últimos años de la crisis, la caída del precio del petróleo ha marcado un periodo deflacionista de la economía mundial. Esa situación parece que llega a su fin. El fuerte descenso registrado en la primera mitad del 2016 provocó un sonado descenso de las bolsas al que se sobrepusieron una vez quedó claro que se trataba de un problema de la oferta y no de la demanda. Algo más controlada la disputa entre los productores, los precios han comenzado a recuperarse y se han trasladado a las tasas de inflación como refleja el dato de diciembre de Eurostat: un 1,1% frente al 0,7% de noviembre. Las previsiones apuntan a un crecimiento de hasta el 1,7% en el 2017, frente al 0,8% del 2016.

Con los precios al alza, los tipos de interés se moverán en el mismo sentido. "La regla de Taylor, que sigue la Reserva Federal para fijar tipos de interés señala que ahora deberían estar por encima del 4% en aquel país. Han comenzado a subirlos más tarde que la última vez en que se inició una fase alcista, pero ahora la subida es inevitable", afirma Jaume Puig, director general de la gestora de GVC Gaesco. Europa va con cierto retraso con respecto a EEUU, y el Banco Central Europeo (BCE) mantiene su programa de liquidez. Pero ya se han marcado los plazos para su reducción en la medida en que la inflación y la economía despunte. Está claro que ese escenario --las primeras subidas se esperan en el 2018-- tendrá un efecto concreto en los mercados: "Subida de las bolsas; liderazgo de los valores cíclicos -los que evolucionan bien con el crecimiento económico- y se producirá un hundimiento de los mercados refugio en estos últimos años", agrega Puig. En este sentido, «durante los próximos 12 meses, probablemente veamos un mayor uso del gasto público para estimular el crecimiento, el paso de la deflación a la inflación, con la consiguiente debilidad del mercado de bonos, y una ligera mejoría en la evolución de los mercados emergentes conforme vayan surtiendo efecto los aumentos de los tipos de interés", afirma Stephen Mitchell, responsable de estrategia del área de Renta Variable Mundial de Jupiter Asset Management».

EL FIN DE LA RENTA FIJA

Los últimos años de crisis económica y caída de las materias primas han alimentado determinadas burbujas en los mercados. "Ya hay turbulencias en unos mercados de renta fija sobrevalorados, así que esperamos que esta circunstancia se repita a lo largo de 2017. Los rendimientos de los bonos deben encontrar unos niveles más sostenibles que atraigan a los compradores a largo plazo, como los fondos de pensiones y los brazos inversores de los estados", afirma Mitchell. Según David Ardura, subdirector de estrategia de Gesconsult: "Con el escenario de renta fija actual, creemos que ha llegado el momento de proteger las carteras y prepararlas para que puedan beneficiarse de un escenario en el que pudieran repuntar los tipos de interés. En ese sentido, vemos oportunidades de inversión en bonos flotantes, en euro y dólar, coberturas sobre el bono alemán y bonos ligados a la inflación", explica.

Lo cierto es que el mercado de renta fija a medio y largo plazo es una de las burbujas que debe explotar con el escenario de tipos al alza. Pero no es la única, los expertos señalan también la renta fija corporativa, la renta variable ultradefensiva, el oro y el franco suizo, que ya han agotado sus posibilidades de revalorización. Por contra, el dólar -fortalecido por la situación económica de EEUU- aparece como uno de los activos a tener en cuenta.

MERCADOS SELECTIVOS

"Los resultados del 'brexit' y de las elecciones norteamericanas han traído cambios fundamentales que igualan las oportunidades para los inversores. Si estos eligen cuidadosamente los activos y los sectores en los que invertir pueden superar la evolución de los índices. El 2017 puede ser el año de los inversores activos", ha destacado Candan Browning, responsable de Estudios de Bank of América Merrill Lynch. De hecho, ese consejo no es muy diferente del que podría haber realizados a mediados del 2016. Pese a que los principales índices europeos registraron una evolución mixta con escasas ganancias, lo cierto es que algunos valores, principalmente los relacionados con el ciclo económico --industria, materiales de construcción, gas, etc.-- registraron ascensos significativos, mientras que los denominados de crecimiento --telecomunicaciones, alimentación, turismo, entre otras-- han registrado descensos para el conjunto de año, como muestra el gráfico adjunto.

Pero además de los valores, hay mercados con mayores posibilidades de crecimiento que otros. Los inversores consideran que la bolsa norteamericana tiene un recorrido corto, a pesar de que se espera que Donald Trump aplique un plan fiscal de crecimiento. Pero es que el Dow Jones está en máximos históricos. Por contra se le otorga mayor recorrido a los mercados europeos y japonés, mientras que con los emergentes hay discrepancias. "Algunos analistas apuntan que la fortaleza del dólar perjudica su crecimiento, pero ese es un mantra que se repite con frecuencia, pero que no acaba de concretarse", afirma Puig. "Los emergentes, sobre todo, en Asia (China y Corea, particularmente) y Europa del Este tienen posibilidades de crecimiento", agrega.

Hasta la fecha, las economías de la zona del euro se han mantenido estables a pesar de los desafíos políticos. "Los indicadores de la confianza correspondientes al primer trimestre de 2017 apuntan a un excelente comportamiento de la economía, gracias principalmente al impulso de la demanda interna. Aunque el incremento gradual de la tasa de inflación reduce el poder adquisitivo, la continua mejora del empleo ofrece respaldo al consumo privado", destaca Ann Katrin Petersen, analista de Allianz Global Investors.