La tecnología se va a erigir en uno de los grandes salvavidas para las personas dependientes y para todas aquellas que presentan alguna discapacidad física o intelectual. Esta nueva realidad no ha pasado desapercibida para Alfonso Escriche y Carlos Vicente, dos jóvenes ingenieros informáticos que se han volcado en el desarrollo de Cerqana, una aplicación (app) pensada para fomentar la autonomía y la integración de las personas que sufren algún tipo de dependencia o discapacidad (ancianos, personas con autismo, síndrome de Down o daño cerebral, entre otros).

La experiencia personal con un familiar fue la que permitió a estos dos emprendedores aragoneses fijar el rumbo definitivo de su empresa, K-bitera Software SL, que nació en el 2013, poco después de concluir sus estudios universitarios. Esta startup trabaja en el desarrollo continuo de Cerqana. «Hemos creado una app fácil de manejar y muy intuitiva». La aplicación persigue simplificar el uso de los smartphone, de forma que cualquiera sea capaz de usarla. De esta forma, los familiares o responsables de personas dependientes pueden velar por su seguridad de forma remota.

Cerqana ofrece a los cuidadores la posibilidad de conocer cuál es la ubicación de la persona en todo momento. También permite recibir avisos en tiempo real e informar sobre si el usuario entra o sale de una zona peligrosa o segura, si se ha caído o hace algo que no es habitual en su jornada cotidiana.

Comercialización

La aplicación comenzó a darse a conocer en marzo del 2015. Alfonso y Carlos la presentaron a distintas entidades y colectivos que trabajan con este tipo de personas, algo que les sirvió también para recibir el feedback necesario para profundizar en su perfeccionamiento. «Queremos que sea una herramienta dinámica que mejore con el paso del tiempo», asegura Vicente.

La experiencia fue positiva, lo que les impulsó a dedicarse cien por cien al desarrollo de esta app y adaptarla a los distintos perfiles de dependientes ---hasta ese momento también realizaban trabajos para otras empresas--. Hoy, K-bitera ha sellado acuerdos con media docena de entidades en Barcelona, Madrid y Zaragoza. Entre ellas figuran la Fundación CEDES en Zaragoza, dedicada al trabajo con personas con discapacidad intelectual, y la asociación Aprenem, en Barcelona, de niños con autismo.

En estos momentos, la empresa se encuentran en plena fase de comercialización del producto, si bien Cerqana cuenta con una versión gratuita (más básica), que cubre las necesidades principales --solo es necesario registrarse en la web de la empresa--, y otras dos de pago, que ofrecen más posibilidades al cliente.

En busca de financiación

Hasta la fecha, la empresa ha conseguido financiarse a través de la realización de trabajos para terceros, su participación en aceleradoras y las ayudas públicas (estatales y europeas) que han ido consiguiendo. Ahora K-bitera busca financiación para «poder acercarnos a clientes potenciales, mejorar la infraestructura y para que el proyecto sea totalmente sostenible», indica Carlos Vicente.

La empresa, ubicada en Zaragoza Activa, está integrada por cinco personas, aunque busca incorporar a otro trabajador con un perfil más asistencial que pueda guiarles en el desarrollo de la aplicación.

El futuro de esta startup aragonesa pasa por la integración de la aplicación en otros soportes como los smartwatches, llevarla al internet de las cosas y a la tecnología wearable. Entre sus planes también figura establecer alianzas comerciales con empresas del mundo de las telecos y de la telefonía para ofrecer servicios de teleasistencia.