Como un culebrón. Si hace una semana parecía que la energética pública rusa Gazprom optaba a hacerse con el 20% de Repsol, ahora es su compatriota Lukoil la que quiere alcanzar casi el 30%. Y, lejos de la unanimidad en el rechazo de hace unos días, en esta ocasión, la operación ha producido división de puntos de vista en el propio Gobierno.

Criteria-La Caixa, que es el segundo accionista de la petrolera española, admitió ayer la existencia de conversaciones para desprenderse de una parte de su participación, probablemente la que la caja controla de forma directa con Caixa Catalunya a través de la sociedad Repinvest.

Pero la operación está vinculada a que Sacyr, la principal interesada en hacer caja, venda el 20% que posee en Repsol, según fuentes próximas al hólding de La Caixa. Las mismas fuentes destacaron que el proceso, que tacharon de "complicado", estaba en fase "inicial". En Caixa Catalunya no fueron tan contundentes y afirmaron que su 1,6% podría venderse si se obtenía "un buen precio".

Dos aspectos clave diferencian a Lukoil de Gazprom. Se trata de una empresa privada --la segunda mayor petrolera del mundo por reservas-- y además su principal accionista es la estadounidense ConocoPhillips, que posee el 20%. Son los dos rasgos que ayer mismo resaltó el propio presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y que fueron interpretados como una especie aval a la operación o, al menos, de poca oposición. Después de que el viceprimer ministro ruso, Alexander Zhukov, hiciera correr el supuesto interés de Gazprom por entrar en el capital de Repsol, Zapatero no dudó en manifestar su total rechazo.

Pero los mensajes, desde el Gobierno, no están ahora en perfecta sintonía. El ministro de Industria, Miguel Sebastián, insistió ayer en destacar el carácter estratégico de Repsol, como ya hizo al escuchar a Zhukov hablar de la posibilidad de que Gazprom entrara en Repsol. La petrolera, junto con La Caixa, controla Gas Natural que está en fase de absorción de Unión Fenosa.

En todo caso, la compra de casi el 30% de la petrolera no aseguraría a Lukoil el control de Repsol, ya que los derechos políticos en la compañía están limitados al 10%. Para levantar esa restricción estatutaria es necesario contar con el aval de al menos el 75% del capital.

Tampoco sería fácil hacer valer su participación indirecta en Gas Natural --a través de su parte en el capital de Repsol--. Fuentes de la gasística recordaron en este sentido la existencia de un pacto de gobierno entre Criteria-La Caixa y Repsol, que bloquea más del 60% del capital.

En este clima y pese a la caída generalizada de las bolsas, las acciones de Sacyr experimentaron ayer una subida del 13,2%, hasta los 7,36 euros. La constructora, acuciada por una deuda que supera los 18.000 millones --más de ocho veces su valor en bolsa--, tiene urgencia por vender activos.

En Repsol, una de las joyas de su cartera, acumula minusvalías latentes de unos 3.000 millones. Compró por más de 6.000 millones unos títulos que hoy están valorados en el mercado alrededor de la mitad y que fueron financiados con un crédito de 5.175 millones del Banco Santander. El préstamo luego fue sindicado a un plazo de cinco años y el Santander, Caja Madrid y Citigroup controlan el 60%.