El director del Instituto Tecnológico (ITA) de Aragón, Ángel Fernández, espera que el organismo consiga trabajar para unas mil empresas cuando concluya el año. Este organismo, que exporta a otros países el 30% de su actividad, terminará el 2018 con una ejecución de 9,3 millones, lo que supondrá un crecimiento del 3% respecto al 2017. Estos son algunos de los datos que ofreció ayer Fernández Cuello en su comparecencia en las Cortes de Aragón, en la que informó sobre la actividad y líneas de actuación del instituto.

Este centro, dependiente del Ejecutivo autonómico, cuenta con un presupuesto de tres millones y se ha convertido en la segunda entidad aragonesa con más proyectos europeos (más de 20) tras la Universidad de Zaragoza, y la tercera con más retorno. A juicio de Fernández Cuello, el éxito del ITA se debe a que se trata de «un organismo público que se dedica a la investigación en tres ámbitos», ya que «tenemos que responder a la DGA, a los fondos europeos y a las demandas de las empresas».

El ITA realizará en este ejercicio inversiones por dos millones de euros, que se materializarán en la puesta en marcha de cuatro laboratorios, dos de los cuales se inaugurarán este próximo mes de noviembre (inteligencia artificial y blockchain), y entre los que se incluye otro de sistemas inteligentes enfocado principalmente al vehículo eléctrico.

Para Fernández, el centro ha experimentado un cambio «importante» en esta legislatura, que comenzó con un «mal resultado económico». Además de «aplanar» la estructura organizativa, se creó un comité científico y un plan tecnológico y se impulsó el Plan de Joven Talento que ha permitido la contratación, en estos dos últimos años, de 50 becarios con contratos de dos o tres años a los que se les ofrecen «proyectos chulos», aunque no se les aporta la «estabilidad» necesaria porque no depende de ellos, dijo Fernández Cuello.