Después de meses de actuaciones puntuales en empresas que han supuesto --sin contar las inyecciones de liquidez-- un coste al erario público de EEUU de 220.000 millones de euros, los rectores de su economía, la Casa Blanca y el Congreso han decidido diseñar un plan urgente de rescate de los mercados financieros.

El anuncio del plan, cuyos detalles concretos aún se desconocen, fue recibido ayer con euforia en las bolsas de todo el mundo, que experimentaron subidas al alza en algunos casos batiendo récords. En el caso español, el Ibex vivió la mayor subida de sus 30 años de vida: el 8,71%.

En Europa, la iniciativa obtuvo el aplauso de la mayoría de los gobiernos, especialmente del británico, que ha sido el más activo a este lado del Atlántico, y del presidente del BCE, Jean Claude Trichet.

"En la historia de nuestra nación han existido momentos que han requerido una actuación conjunta para enfrentar grandes desafíos. Este es uno de ellos", dijo George Bush al anunciar oficialmente el plan que empezó a pergeñarse el jueves por la noche con una reunión del secretario del Tesoro, Henry Paulson, el presidente de la Reserva Federal (Fed), Ben Bernanke, y los líderes de la mayoría demócrata en el Congreso, Nancy Pelosi y Harry Reid. "Los ahorros de los estadounidenses están amenazados, y la capacidad de los consumidores y las empresas para pedir créditos, gastar, invertir y crear trabajos están dañadas", señaló Paulson justificándose .

El principal del masivo plan público es dedicar "cientos de miles de millones de dólares" en palabras de Paulson para comprar la denominada deuda tóxica, esos productos financieros basados en gran medida en hipotecas que ahora los consumidores no pueden pagar y que están en el origen de la crisis. "El Gobierno federal debe implantar un programa para eliminar estos activos no líquidos que agobian a las instituciones financieras y que suponen una amenaza para nuestra economía", dijo Paulson. Un dato: se calcula que cinco millones de propietarios de casas se han convertido en morosos.

El objetivo es que los bancos sequiten de encima este problema, dispongande más efectivo y puedanvolver a poner en marcha el ciclo deinversión y crédito que ahora estáprácticamente bloqueado por losproblemas de liquidez, por la caídade varias entidades y por las restriccionesen el crédito que se imponenmutuamente las firmas financieras.«La confianza en el sistema financieroes esencial para que la economíafuncione sin problemas y recientementeesa confianza se ha visto sacudida», justificó Bush esta masivaimplicación del Estado en los mercados.La compra de las hipotecas ruinosases uno de los pilares del plan, almenos de los conocidos a la esperade que este fin de semana se concretepara que la próxima el Congresopueda aprobarlo. Otro es que la Fedcontinúe aplicando medidas que garanticenel flujo de dinero a bancos.

Y ayer mismo, ya se aplicaron dosmedidas inmediatas que contribuyerona la subida de las bolsas.La primera fue prohibir durantedos semanas las denominadas ventasal descubierto, una medida queafecta a un total de 799 empresas financierasy que ya está en vigor enpaíses como el Reino Unido e Irlanda.Las ventas al descubierto sonconsideradas como una de las reponsablesde crear un ambiente decrisis y de permitir a los especuladoresaprovecharse del pánico en losparquets. La lista de firmas que nopodrán llevar a cabo estas prácticasen dos semanas incluye a todas lasgrandes entidades de inversión, y elobjetivo de la prohibición es que laespeculación no castigue a los bancosen apuros, agravando aún mássu situación.

La segunda decisión que seaprobó ayer fue apuntalar con50.000 millones de dólares los fondosmutuos de mercado de dinero,que estaban empezando a enviarmensajes peligrosos. En una decisiónde gran calado, el Estado aseguraráa los inversores que no sufriránpérdidas si invierten en estos fondos,al garantizar que recuperaráncomo mínimo lo invertido.

POLÉMICA POR LOS BENEFICIOS / A ningunode los implicados en el plan seles escapa que se trata de una decisióndelicada. Si por un lado la gravedadde la crisis y sus preocupantesconsecuencias son evidentes, por elotro la opinión pública recibe elmensaje de que los causantes de lacrisis ±que se han embolsado grandesbeneficios durante la burbuja inmobiliaria± son rescatados con dineropúblico. Por eso, tanto Bush comoPaulson insistieron ayer en que a lasautoridades no les quedaba más remedioque actuar porque de lo contrariolas consecuencias serían peores.«Esta acción conlleva riesgo parael contribuyente», reconoció Bush,quien se mostró confiado en que elEstado recuperará el dinero.