La Comisión Europea condicionó la ayuda multimillonaria que concedió a España para la recapitalización de sus bancos más débiles a que las entidades redujesen drásticamente su tamaño y se centrasen en su tradicional negocio financiero. Las entidades nacionalizadas (Bankia y Catalunya Banc especialmente, y en menor medida Nova Galicia Banco) están tratando de cumplir parte de esas condiciones con la venta de sus firmas inmobiliarias antes de las vacaciones de verano, según diversas fuentes del sector.

Los bancos públicos han puesto a la venta las sociedades, incluyendo sus sedes, las plantillas y las plataformas tecnológicas para la gestión de los activos. Los inmuebles, el suelo y el crédito promotor quedarían dentro de las entidades. Se trata de un volumen moderado de activos, ya que la mayoría fueron traspasados a la Sareb (o banco malo).

El principal interés de los fondos --sobre todo internacionales-- interesados es, precisamente, la gestión. "La madre del cordero es la gestión de los activos traspasados al Sareb. Es lo que se está negociando y lo que pretendemos cerrar entre junio y julio", explican en uno de estos bancos. Otras fuentes añaden que los fondos presionan para que la Sareb prorrogue los contratos de gestión, que vencen a final de año, como garantía de que la sociedad adquirida puede dar una rentabilidad mínima.

La Sareb, así, está pagando a las nacionalizadas una comisión del 3,5% por vender su activos, con una serie de extras por financiar al comprador (la suma puede llegar a acercarse al 5,75%), más una comisión del 0,15% por el mantenimiento de los inmuebles. La decisión de alargar los contratos es política: depende del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria, que es el dueño de las nacionalizadas y del 45% de la Sareb.

Catalunya Banc ha puesto la venta de su inmobiliaria en manos del banco de inversión N+1. "En las últimas semanas, los representantes de los fondos de inversión están examinando la sociedad con el propósito de determinar una oferta, pero por el momento no se ha decidido nada", señalan fuentes de su división inmobiliaria.

Fuentes consultadas apuntan que al menos seis fondos de inversión habría mostrado interés por hacerse con el control de la sociedad, que cuenta con una plantilla de 200 personas y que en el 2012 puso en el mercado 8.000 viviendas. Entre las firmas interesadas se encuentran Fortress, Apollo, Cerberus y Centerbrige. Otros dos fondos, Lonestar y Lindorff, han mostrado también su interés, así como por otras inmobiliarias que gestionan los activos de la Sareb.

La actividad de la firma catalana se centra en gestionar los activos traspasados al banco malo, que suman más de 6.700 millones de euros, además de los que se quedaron en el balance de Catalunya Banc, que representan el 1,9% de la cartera de activos del banco, según la propia entidad. En el 2012, la institución tuvo ingresos de 1.500 millones por la venta de 7.275 inmuebles y el alquiler de 1.400 pisos.

OFERTAS VINCULANTES Bankia, por su parte, lanzó hace algunos meses la venta, que despertó el interés de una veintena de fondos. En el banco confirman que esperan recibir las primeras ofertas vinculantes en estos días. Fuentes del mercado aseguran que la entidad presidida por José Ignacio Goirigolzarri pretende firmar los acuerdos en junio o julio y las escrituras en septiembre, pero en el banco se muestran más prudentes y afirman que todo dependerá de si es posible acordar un precio.

El banco, que tiene todas sus participadas provisionadas a precio de mercado, estaría dispuesto a asumir unas pequeñas minusvalías con la venta si estas se ven compensadas con la reducción de costes que supondría. Bankia Habitat cuenta con 500 empleados, sedes en Madrid y Valencia, y se dedica principalmente a gestionar los activos inmobiliarios que aún tiene el banco (2.900 millones en inmuebles y suelo, además de 2.600 millones en crédito promotor) y los traspasados a la Sareb por valor de 22.318 millones.

Nova Galicia Banco también negocia la venta de su Unidad de Gestión de Activos Singulares (UGAS), que cuenta con 900 empleados. En este caso, la entidad también trata de colocar la unidad de gestión de créditos y buena parte de los activos inmobiliarios que conserva en balance, lo que hace más probable que la operación se demore más que en las otras nacionalizadas.