La crisis abierta en la industria del carbón comienza a cobrarse los primeros despidos. La empresa minera Samca, que concentra la mayor parte de la actividad y el empleo del sector en Aragón, no ha renovado el acuerdo con una de sus subcontratas ante la incertidumbre que pesa sobre la minería a causa del recorte del 63% a las ayudas a la extracción presupuestado por el Gobierno. Se trata de la firma Peal, que se encargaba de la extracción de estériles de la mina de cielo abierto de Ariño y que empleaba a 24 operarios, según informó Diario de Teruel.

Peal, aunque con larga experiencia en la prestación de servicios para la minería leonesa, trabajaba para Samca desde hacía poco tiempo (principios de año), pero con la expectativa de mantener esta vinculación hasta el año 2014. Ante las dudas que vive el sector, la matriz minera aragonesa decidió a finales de julio prescindir de esta subcontrata a la espera de que se clarifique la situación.

De los 24 operarios que trabajaban en Ariño en Peal, una decena procedía del norte de España y 14 fueron contratados en Teruel. La compañía les dio la posibilidad de recolorcarse en otros trabajos que desarrolla el grupo pero en otros países como Polonia, una opción que han aceptado media docena de trabajadores aragoneses.

NUEVAS MOVILIZACIONES Tras 65 días de huelga, los mineros volvieron a sus puestos de trabajo el pasado 1 de agosto, pero las empresas mineras han dado vacaciones a la mayoría de ellos, con lo que la actividad del sector sigue sin recuperar la normalidad. Los trabajadores retomarán las movilizaciones contra el recorte de las ayudas en septiembre, aunque los sindicatos UGT y CCOO todavía no han definido las acciones que se llevarán a cabo.

Mientras el empleo de las matrices parece no peligran, al menos este año, las dudas se ciernen sobre las firmas auxiliares, más expuestas a los despidos por la reducción de carga de trabajo o supresión de servicios, como ha ocurrido en el caso de Peal. Así, dos de las tres empresas mineras de Aragón (Samca y Compañía General Minera) prevén mantener su actual plantilla, mientras La Carbonífera del Ebro se mantiene a la espera de que se concreten las asignación de producción de carbón por empresas para decidir si acomete algún ajuste laboral.