Un futuro de incertidumbre. Ariño, Andorra, Oliete, Alacón, Alloza, Crivillén, Ejulve, Estercuel y Gargallo. Los nueve pueblos de la Comarca Andorra-Sierra de Arcos sufren desde el pasado mes de mayo una situación de crisis, angustia y desolación ante el posible recorte del 63% de las ayudas que reciben las empresas mineras de la zona. Un total de 400 kilómetros recorridos, 63 días de huelga y múltiples reivindicaciones y protestas, algunas de ellas multitudinarias, han realizado los vecinos de la zona minera para salvar el carbón, un recurso que da vida a los nueve pueblos de la comarca y a más del 80% de la población que vive en ella.

En la comarca minera de Andorra Sierra de Arcos, los ciudadanos han vivido siempre de los beneficios que ha reportado el sector de la minería a la zona. Pero hace unos diez años que la zona empezó a sufrir la amenaza del cierre de las minas, que se ha ido subsanando con las ayudas de los planes Miner. Pero ahora la situación se ha hecho "insostenible", califica la alcaldesa de Andorra, Sofía Ciércoles.

La mayoría de las empresas del ladrillo que vinieron con las ayudas al carbón están cerrando y el sector de la minería se encuentran al borde del abismo. Todo dependerá de si el Ministro de Industria, José Manuel Soria, aplica el 63% de los recortes en ayudas al funcionamiento de las empresas carboníferas. O en su caso, si no garantiza la supervivencia del sector.

CONSECUENCIAS Los sindicatos ya han advertido de que sin ayudas la zona sufriría un "efecto dominó y una cadena de cierres". El primer eslabón serían las minas. Su clausura afectaría a miles de personas que, directa o indirectamente, viven de ellas. Luego vendrían los comercios --si la gente no trabaja, no consume-- lo que obligada a emigrar a otro lugar en busca de trabajo. De este modo también se verían afectados el sistema sanitario y educativo, y sobre todo, serían "pueblo que no tendrían futuro ni podrían ofrecer trabajo a los jóvenes", dicen los sindicatos.

"Mucha gente ya está hablando de marchar si no se soluciona la situación y si no se conceden las ayudas para que las minas sigan abiertas", apunta la alcaldesa de Andorra. Algo mucho peor se temen en Ariño. "Aquí somos 914 habitantes y el efecto inmediato sería la partida de alrededor de 200 a 300 personas", por lo que "con el tiempo nos podríamos quedar en la mitad de población", subraya su alcalde, Joaquín Noe. Por tanto, con el cierre de las minas "casi el 100% de la población se vería afectada y esta zona quedaría totalmente despoblada" advierte Ciércoles.

Los dos meses de huelga han empezado a hacer mella en las familias de los pueblos. En total han sido 63 días de paro que cesarán mañana, ante la asfixia económica que sufren los mineros. Cada vez es más patente el efecto que está teniendo esta situación y bastantes comercios ya están sufriendo el descenso del consumo de los ciudadanos."Es el peor mes de julio de toda la historia en nuestro negocio, hemos tenido pérdidas de más de un 80% y este agosto preevemos que será peor. La gente está triste y angustiada", comenta el dueño de un bar de Ariño. Esto es sólo la punta del iceberg de un conflicto que puede dejar huérfano de vecinos a sus pueblos.

¿DÓNDE ESTÁ EL DINERO?Muchos han sido los debates que ha generado el dinero de los diferentes planes Miner que, desde hace ya unos años, han recibido las comarcas mineras para la reindustrialización de la zona ante el previsible cierre de las minas. En la eterna pregunta de qué ha pasado con todo este dinero, sindicatos y políticos coinciden en lo mismo: "Se gestionaron bien las subvenciones, el error fue que solo trajimos empresas del sector del ladrillo que quebraron con la burbuja inmobiliaria".

"Nos equivocamos todos al no saber mirar más allá, sólo nos centramos en el sector de la construcción, pero también sólo venían esas empresas" la secretaria de CCOO de Andorra, María Ángeles Manzano. El acierto según Manzano hubiera sido diversificar los sectores y haber implantado en la zona empresas que no sólo girarán en torno a este sector. Sindicatos y políticos también coinciden en que otro de los errores que se cometió fue dotar a cada uno de los pueblos de la comarca de polígonos industriales cuando hubiera sido más lógico construir sólo en los lugares más propicios y estratégicos. "¿De que sirven 18 polígonos industriales en una zona tan despoblada?", se pregunta el secretario comarcal de UGT, Antonio Donoso.

Los sindicatos apuntan también que los fondos del Miner han ahorrado mucho dinero a los presupuestos generales de la DGA y la DPT. Costrucción de carreteras comarcales y la repoblación de algunos pueblos que no pertenecen a la minería, son alguno de los ejemplos en los que se ha empleado el dinero de las ayudas con otros fines que no son la reindustrialización de la zona minera.