El sector del biocarburante en España agoniza por momentos. Las importaciones "desleales" procedentes de Argentina e Indonesia están poniendo en peligro la viabilidad de una industria que de funcionar a pleno rendimiento podría emplear a 4.000 personas. Ahora esa cifra parece inalcanzable porque la mayoría de las plantas funciona a medio gas y muchas sufren concursos de acreedores o expedientes de regulación de empleo. De hecho, las fábricas españolas están produciendo solo el 25% de lo que podrían elaborar.

Desde la Asociación de Productores de Energías Renovables (Appa) se asegura que esta situación continuará mientras el Gobierno no desatasque una orden que está lista desde junio y que solo requiere de la firma del Ministro de Industria, Miguel Sebastián, para entrar en vigor. "Ahora las petroleras están obligadas a elaborar el 6% de su gasoil con biodiésel, pero no tienen exigencias respecto al origen del mismo. Esta norma solucionaría el problema, como ya se ha hecho en Francia, Portugal o Grecia, porque una parte del biocarburante deberían comprarlo aquí ", explica el director de la sección de Biocarburantes de Appa, Manuel Bustos, que insiste en que la orden es "imprescindible para evitar el derrumbe definitivo del sector".

Las cuatro plantas aragonesas no son ajenas a esta problemática y todas fabrican por debajo de sus posibilidades. Hace ya tiempo que se comprobó que la actividad no iba a ser capaz de responder a las expectativas iniciales, pero el problema es que el sector apenas ha conseguido despegar en la comunidad. El empleo creado por las cuatro factorías aragonesas no alcanza los 60 trabajadores y otros proyectos --como el de Arento en Zuera o el de Green Fuel en Andorra-- se han quedado directamente por el camino.

Hace unos años fue el biodiésel de EEUU el que consiguió expulsar a los productores españoles al estar subvencionado y ser más barato. Ahora el peligro llega desde Argentina e Indonesia. Ambos países están copando el mercado y, de hecho, el 70% del biodiésel vendido este año en España viene de ahí. Algo lógico teniendo en cuenta que su biocarburante es más económico. El problema, subraya Bustos, es que no compiten "en igualdad de condiciones". "Ellos venden su biodiésel muy barato pero luego encarecen la materia prima con el que lo fabrican (aceite de soja) para que los productores extranjeros no seamos tan competitivos", critica Bustos, que indica que el parón español aún da más rabia cuando se conoce que el consumo sigue al alza.

Lo que no acaban de entender desde Appa es la actitud del Gobierno. Tanto es así que creen que ha cedido el "chantaje" del Ejecutivo argentino, que, según la patronal, le ha amenazado con adoptar represalias económicas contra empresas españolas si aprueba la normativa. "Confiamos en que la orden ministerial impulse el sector en toda España, pero para eso hace falta que la publique ya", lamentan desde la planta oscense de Altorricón.

MATERIAS PRIMAS Además de las importaciones "desleales", y según indican desde las fábricas aragonesas, la subida del precio de las materias primas tampoco ha ayudado a consolidar el sector nacional. "Comprar el aceite necesario para fabricar el biocarburante es casi más caro que adquirir directamente el gasoil", afirma el gerente de la planta de Albalate, David Vidal.

Los responsables de la factoría de Monzón son de la misma opinión y creen que una solución para estimular la industria sería dar subvenciones a los ciudadanos que compraran biodiesel, como ya sucede en otros países.