Los ascensores tienen cuerpo, cerebro y corazón. Para que la cabina suba y baje, un sistema eléctronico envía órdenes y el mecanismo principal hace posible el movimiento. Esa maquinaria y sus elementos de seguridad se desarrollan y producen en la planta que Schindler tiene en el polígono Empresarium de Zaragoza, porque casi todos los ascensores de la compañía suiza en cualquier rincón del mundo llevan un trocito de Aragón. Desde hace unas semanas, allí también se fabrica la máquina FMM200, una nueva gama de producto destinado al mercado americano que constituye el siguiente paso en la modernización del transporte vertical de mediana altura. Diseñado completamente por investigadores aragoneses, este sistema reemplaza las antiguas máquinas de tracción con engranajes por otras donde el control de la velocidad y del frenado se efectúa a través del motor (gearless), lo que se traduce en un consumo eléctrico muy inferior y un tamaño mucho más reducido.

Ángel García, director de la planta de Schindler en Zaragoza, mostró esta innovación ayer al consejero de Industria, Arturo Aliaga, que visitó el centro donde trabajan 400 personas. "La inversión es alta pero no se puede cuantificar porque llevamos tres años trabajando en ella, además de todos los estudios previos que ha hecho el grupo en Suiza", señaló García, quien añadió que se están fabricando unas 20 unidades al día y a mediados del próximo año se empezará a comercializar en Europa. "Queremos cubrir todo el mercado de transformación que hay en el mundo. Aquí hemos hecho más de 500.000 máquinas de tracción en los últimos 20 años, así que si sustituyésemos todas tendríamos trabajo para mucho tiempo", deseó García.

En la visita también les acompañó el director general de Schindler España, Carlos Guembe, quien se mostró optimista respecto al futuro y auguró crecimiento a la factoría aragonesa. "En entrada de nuevos pedidos estamos planos, lo cual ya es una buena noticia porque llevamos varios años bajando, pero dentro de poco deberá empezar a producirse una reactivación. El sector ha tocado fondo", opinó. Mientras tanto, los principales mercados de la firma son China, India, los países del Golfo Pérsico y Brasil, mientras que Europa es fundamental porque aglutina su negocio de mantenimiento.

Pero Schindler no solo diseña y produce en Zaragoza. También instruye. Por su centro de formación y montaje pasan cada año 400 técnicos de sus factorías de todo el mundo, así como un tercio de la plantilla aragonesa. Con tres plantas y 1.200 metros cuadrados, es el más grande de la multinacional fundada en 1874.