En una de las comarcas más despobladas de Aragón, cuatro agricultores han sabido hacer de la necesidad virtud. O lo que es lo mismo, sacar provecho de una zona de siembra tan poco agradecida. Así ha ocurrido en Lécera (Campo de Belchite), donde este grupo de emprendedores ha creado un sólido proyecto empresarial en torno a los cultivos ecológicos, convertidos en su medio de supervivencia en el mundo rural y más rentables que los de la maltrecha agricultura convencional. Es la historia de Ecolécera, una firma pionera que pronto cumplirá su décimo aniversario.

Espaguetis, macarrones, lentejas, garbanzos... son algunos de sus productos estrella que pueden verse en tiendas especializadas de toda España, pero también en grandes superficies como Simply, El Árbol, Alcampo y, a veces, en El Corte Inglés. El éxito de Ecolécera, y sus ventas, crecen año a año, hasta el punto de que "hoy por hoy tenemos más demanda que la que podemos producir", explica Antonio Artal, de 48 años, socio de la empresa junto a Manuela Fuertes (46) y los hermanos Miguel (42) y César Turón (35).

Todo comenzó hace unos doce años, cuando estos inquietos agricultores comenzaron a hacer pruebas con cultivos ecológicos. "Empezamos con lentejas y garbanzos, y vimos que el rendimiento era similar al de vezas y yeros". La producción era parecida, pero el valor de las nuevas legumbres triplicaba el de estas últimas, destinadas a piensos de animales.

El salto a la agricultura ecológica era por una cuestión de rentabilidad, pero además no suponía un cambio radical en sus labores. "Es una tierra árida y de poca lluvia, y por eso apenas se utilizan herbicidas y abonos químicos", explica Artal. Tras varios años de experimentación, su apuesta se formalizó en el 2001 con la constitución de Ecolécera.

Y de las lentejas y garbanzos, pasaron al trigo, donde se asienta buena parte de su éxito. En lugar de vender el grano a terceros, comenzaron a elaborar pastas alimenticias (macarrones, espaguetis y fideos) que luego duplicaron con una gama integral. En total, seis variedades y entre 200.000 y 250.000 kilos al año. Es además su producto más afamado por las especiales cualidades.

La pasta de calidad superior debe superar el 11% de proteína, la de Ecolécera ronda el 15% gracias a la singularidad del trigo producido en Lécera, de gran vitrosidad (harinoso). A ello se suma su rápida cocción, que no se pega y la excelente valoración de los cocineros profesionales. "Sé de competidores nuestros de pasta que en su casa, a nivel privado, consumen la de Ecolécera", asegura.

La gama de productos se completa con la comercialización de arroz ecológico, de Alcolea de Cinca, alubia blanca y legumbres en conserva. "Poco a poco vamos creciendo y evolucionando. Este año, por ejemplo, hemos decidido elaborar vino ecológico". El lanzamiento será en marzo, con 25.000 botellas. "Si funciona, podemos llegar a 100.000 botellas al año", apunta.

La mayor porción de sus clientes son grupos de consumo ecológico y tiendas especializadas de País Vasco --donde tiene un especial éxito-- Madrid, Cataluña y Zaragoza, mientras que las grandes superficies suponen un 30% de las ventas. La empresa también ha hecho sus pinitos en exportación, en concreto a Alemania y Francia.

Ni siquiera la crisis ha marchitado el tirón de Ecolécera. "En los últimos años hemos seguido creciendo. El consumidor ecológico es fiel a lo que consume", dice Artal. Una empresa "con los pies en el suelo", un oasis del medio rural y de la agricultura familiar.