La sección segunda de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional decretó el lunes pasado la libertad provisional de Hervé Falciani, el informático francoitaliano que durante los años que trabajó en el HSBC acumuló los datos de cerca de 130.000 evasores fiscales, 659 españoles, y que está reclamado por la justicia suiza. Los magistrados, presididos por Fernando García Nicolas, han valorado la actitud colaboradora que Falciani ha mantenido con las diferentes autoridades. Una actitud que también ha destacado la fiscal que lleva el caso, Dolores Delgado.

Falciani deberá comparecer cada tres días en la comisaría de policía más próxima a su domicilio, mientras se tramita su extradición. Se le ha prohibido abandonar el territorio español y deberá establecer un domicilio permanente en España, con la obligación de comunicar cualquier cambio de residencia o teléfono.

Extradición

Los magistrados recuerdan en el auto que la libertad provisional no impedirá una posible extradición a Suiza: "La puesta en libertad, con o sin medidas alternativas de la prisión provisional, no será obstáculo para una nueva detención ni para la extradición".

Para su puesta en libertad, la sala tuvo en cuenta el informe favorable del fiscal de la Audiencia Nacional. El ministerio público argumentó en su escrito el tiempo transcurrido y la actitud colaboradora del reclamado, que ha colaborado y sigue colaborando con diversos países miembros de la Unión Europea en investigaciones financieras, tributarias, de blanqueo de capitales, financiación del terrorismo y corrupción. También valoró la previsión de que el procedimiento de extradición puede demorarse, puesto que se está a la espera de la llegada de nueva información.

Mientras que para Suiza, Falciani es un ladrón, en España, la legislación no solo no castiga lo que ha hecho, sino que es una obligación hacerlo. Pero para los suecos, el informático ha quebrantado una de las señas de identidad de la confederación: el secreto bancario. Sin embargo, Francia, Italia, Reino Unido, Estados Unidos o incluso España, las autoridades han usado su información para destapar a cientos de evasores fiscales que se aprovecharon de la opacidad de cuentas que garantiza el Estado helvético para evadir miles de millones de euros y dejar de declararlos en sus países.

Falcani llegó a Barcelona en barco el pasado 1 de julio, en unas extrañas circunstancias que no se han aclarado. En una inspección de la documentación de los pasajeros, los policías comprobaron que existía una orden internacional de busca y captura contra él de las autoridades de Berna. Fue detenido, y trasladado a la Audiencia Nacional.

¿Viajaba con su documentación encima? Todo parece indicar que sí, puesto que esos datos han sido durante los últimos años su seguro de vida. Por tanto, ¿tiene la policía española la información con la que presuntamente viajaba Falciani. No ha trascendido.

En septiembre, Falciani recibió en la cárcel de Valdemoro, en Madrid, donde ha estado hasta el lunes, varias visitas. Se le visitó desde la fiscalía, para garantizar las condiciones de su colaboración. Y le visitaron también cuatro agentes de la UDEF (Unidad de Delincuencia Económica y Financiera) de la comisaría general de la policía judicial. El encuentro con estos investigadores, en principio, se centró en las condiciones de "seguridad" que podría tener el entonces encarcelado cuando quedara en libertad condicional.

¿Se le preguntó a Falciani por las cuentas que podría tener en Suiza algún miembro de la familia Pujol Ferrusola? Oficialmente, en la Udef se asegura que "no", ni por las de nadie en concreto. Sin embargo, en algunos documentos, sin firma ni membrete oficial alguno, que dieron origen al controvertido borrador policial sobre las posibles cuentas de los Pujol Ferrusola en Suiza, sí se destaca que Falciani estaría dispuesto a colaborar con las autoridades policiales y judiciales españolas para ampliar la lista de evasores fiscales, a cambio de no ser extraditado a Suiza y de obtener garantías de protección en España.