La competencia por tomar el control de Spanair suma un nuevo actor. No se trata de alguien que se presenta ante la escandinava SAS para acometer la adquisición de su filial española, sino que es fruto del desacuerdo entre dos grupos empresariales que antes intentaban la compra en común. El fondo de inversión Longstock Financial, anterior socio de la aspirante Gadair, disolvió el miércoles en Lisboa el contrato que les vinculaba por "divergencias comerciales y estratégicas", cuyos detalles no reveló.

Vitor Pinto da Costa, presidente del fondo portugués, confirmó ayer a la agencia Efe que están dispuestos a pagar 450 millones de euros --igual que la aerolínea chárter Gadair-- y superior a los aproximadamente 300 millones que Iberia y su socio Gestair ofrecen. Los 450 millones ofrecidos por Longstock no incluyen la asunción de las deudas vivas de la aerolínea española. Iberia, en cambio, ofrece menos, 300 millones, pero asume todos los pasivos.