El último recurso de protesta que tienen en sus manos los trabajadores contra una decisión que afecta a sus condiciones de trabajo --la reforma laboral-- se quemará el próximo día 29.

La huelga general que han convocado para ese día los sindicatos CCOO y UGT marcará el punto más álgido en un enfrentamiento atisbado apenas hace tres meses, cuando Mariano Rajoy formó su Gobierno tras un triunfo aplastante en las urnas.

La actitud del presidente con las centrales y las declaraciones de algunos ministros --fueron clave las palabras de Luis de Guindos sobre las intenciones de la reforma-- han hecho "inevitable" la respuesta de este calado, según denuncian las centrales.

"No ha habido negociación ni expectativa de que la haya", afirmaron ayer Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez. Desde el 10 de febrero, en que el Consejo de Ministros aprobó el decreto, se han celebrado media docena de reuniones técnicas entre los segundos escalones del Ministerio de Empleo y los sindicatos, que no han llegado a nada.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, defendió la reforma laboral en un acto en Málaga, en el que aseveró que la norma estaba pensada "para evitar tres millones de despidos" y para fomentar el empleo.

La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Saénz de Santamaría, intentó tender la mano pocas horas después de convocarse el paro, al anunciar para el lunes una nueva reunión en el ministerio, pero nada hace pensar que sea distinta a las anteriores.

CCOO y UGT no solo están molestos porque Rajoy no haya contestado a sus dos cartas, sino porque "ha despilfarrado y desatendido" el acuerdo de contención salarial que firmaron con la CEOE a finales de enero.

POLÍTICA ERRÓNEA Además de que la reforma abarate el despido, lo permita por primera vez en la Administración, haya descuelgue de los convenios, se supriman los controles administrativos y jurídicos en los ERE y dé libertad del empresario para cambiar las condiciones de trabajo, CCOO y UGT engloban la protesta en una errónea política europea ante la crisis.

Consideran que la reforma es "una pieza más" de las políticas de ajuste "para satisfacer las demandas de los mercados financieros que especulan con las deudas soberanas", dice la convocatoria. Para Méndez y Toxo, la reforma del sistema financiero era más urgente que la laboral.

La reforma "es la más regresiva de la historia de la democracia", señalaron, y no tiene comparación con ninguna de las anteriores --hasta medio centenar-- que el Estatuto de los Trabajadores ha sufrido en los 32 años de vigencia. Además de negativa, es un "cambio en el modelo de convivencia" de trabajadores y empresarios, porque establece una "hegemonía sin precedentes de las decisiones unilaterales del empresario".

EL FIN NO SERÁ "EL DÍA 29" ¿Por qué las centrales no han esperado a la presentación de los presupuestos del Estado, que el Gobierno aprobará al día siguiente del paro? ¿Cómo interfiere esta decisión en el proceso electoral andaluz? Méndez y Toxo no trabajan con el calendario político de Rajoy. "El fin del conflicto no es el día 29", afirman, tendrá más recorrido. Los dos dirigentes sindicales anuncian que no bajarán la guardia mientras el decreto esté en tramitación parlamentaria para adquirir rango de ley, y es muy posible que el 29 de marzo coincida con el debate de las enmiendas a la totalidad que presentarán PSOE e IU.

Los sindicatos han constatado que hay condiciones para que el paro sea masivo porque, según Méndez, "hay incertidumbre, preocupación y perplejidad que raya la desconfianza sobre lo que se está haciendo".