La apuesta de la empresa Magdalenas Lázaro por el mercado exterior sigue dando sus frutos. El proceso de internacionalización impulsado hace años por la firma de Alfamén ha elevado su carga de trabajo hasta el punto de tener que ampliar su actuales instalaciones. La compañía acaba de construir una nueva nave anexa a la actual que le permitirá pasar de 1.500 a 4.500 metros cuadrados. En ella instalará nuevas líneas de producción que aumentarán la plantilla actual, compuesta por 46 personas.

«Ahora tenemos tres líneas y a corto plazo queremos contar con cinco, con lo que generaremos unos 20 puestos de trabajo en unos dos años», indicaron ayer a este diario fuentes de la empresa agroalimentaria tras recibir la visita del consejero de Desarrollo Rural, Joaquín Olona.

Precisamente, el consejero elogió su «potencial» exportador, con el 80% de sus ventas procedentes del mercado exterior. Así, lo que empezó siendo en 1948 una pequeña panadería familiar en Alfamén se ha convertido en una empresa con presencia en 25 países. «Entramos a través de las cadenas de supermercados que contactamos en las diferentes ferias alimentarias a las que asistimos», añadieron las citadas fuentes. La firma, que hace diez años empleaba a unas 30 personas, vende sobre todo en Europa, aunque también está presente en EEUU y Japón.

La empresa produce magdalenas (rellenas y de diferentes sabores y tamaños) y brownies con una producción diaria de 500.000 unidades. Tras anotar un crecimiento del 10% en 2017, la planta de Alfamén, dirigida actualmente por la tercera generación, prevé elevar un 20% su facturación en este ejercicio, si bien las fuentes consultadas prefirieron no concretar la cifra de negocio.