La polémica está servida. La aprobación por parte del comité ejecutivo de Cepyme de una retribución anual de 120.000 euros a su presidente, Antonio Garamendi, ha provocado las críticas y el malestar en el seno de varias patronales del país, entre ellas CEOE Aragón. Estas organizaciones empresariales entienden que los cargos de representación no deben ser remunerados, a pesar de que la dedicación pueda ser casi absoluta en algunos casos, y lamentan que este tipo de decisiones pueden deteriorar la imagen que se proyecta a la opinión pública en un momento de «escándalo social».

«Yo ya le trasladé personalmente a Garamendi mi disconformidad absoluta con el asunto, porque debemos dar ejemplo y dejar claro que este no es nuestro medio de vida; que lo hacemos de forma altruista aunque a veces nos quite mucho tiempo», subrayó ayer a este diario el presidente de CEOE Aragón, Fernando Callizo, que no cobra por presidir la antigua CREA. De hecho, el empresario ha enviado una carta a Juan Rosell para que el tema se trate en el próximo comité ejecutivo nacional de la confederación, algo que también ha hecho, por ejemplo, el presidente de la patronal catalana, Joaquín Gay de Montellá. El malestar también es notorio en las organizaciones de Alicante, Madrid o Asturias, así como en Zaragoza, Huesca y Teruel.

«No hay que olvidar que Cepyme funciona con las asignaciones que salen de CEOE y, nosotros, por ejemplo, no estamos de acuerdo en que una parte de nuestra contribución, por muy pequeña que sea, vaya a parar a esos cometidos», apuntó Callizo.

La retribución de Garamendi, que se postuló a presidir la CEOE, se aprobó en el comité ejecutivo de Cepyme el pasado 15 de marzo y posteriormente se comunicó a la junta directiva, que, según los estatutos de Cepyme, no tiene capacidad de veto, un funcionamiento que no es igual en todas las patronales. En CEOE Aragón y en la nacional, por ejemplo, el sueldo, para poder salir adelante, debería haber sido aprobado también por la junta directiva y en última instancia por la asamblea general (con un número mucho mayor de componentes). Todo ello ha provocado que en algunas patronales se hable de «poca transparencia en el proceso».

El único representante aragonés que está en el comité ejecutivo de Cepyme, que aprobó el sueldo por unanimidad, es el presidente de Cepyme Aragón, Aurelio López de Hita. «Todo lo que se ha hecho está amparado por los estatutos de la organización; yo no voy a manifestar mi opinión personal sobre el tema del salario, aunque, obviamente, me solidarizo con la decisión del comité», indicó a este diario López de Hita, que aseguró que él no tiene un sueldo fijo por presidir Cepyme Aragón. «Lógicamente paso los gastos que genera el desempeño de mi actividad, pero no tengo sueldo fijo», concluyó.