Veremos cómo cierran hoy las bolsas del continente y la de Londres. El interés añadido es que no dispondrán de la referencia de lo que suceda en los mercados abiertos de EEUU. Mañana es 4 de julio, el Día de la Independencia, y hoy es festivo en Wall Street, hecho excepcional. Otra cosa es que sigan funcionando los ordenadores de los grandes inversores, los de alta frecuencia en resolución de intercambios, que trabajan ajenos a los festivos, porque son inhumanos.

Cuando hoy cierren los mercados europeos, ya no tendrán la opción habitual de corregir sus apuestas con operaciones cruzadas en Nueva York. Lo que hoy se decida y cierre, valdrá hasta el lunes. Y no es como para irse a casa sin más preocupación, porque el pánico latente sobre lo que se decida en Grecia en el referendo del domingo y cómo vaya a reaccionar el resto de la UE, las cotizaciones que se hayan fijado al cierre de hoy --en valores variables, renta fija, divisas-- puede ser que el lunes sufran una revisión drástica. ¿Al alza o a la baja? Hoy se intuirá.

De momento, valgan los indicadores que ayer sirvieron para tener una jornada tranquila global. Entre los más decisivos, y más ante la festividad de hoy, es que en EEUU se sigue creando empleo a niveles estimables y que cumplen con las previsiones que se habían anticipado. Por contra, entre los operadores europeos se prefirió la especulación sobre los efectos de una supuesta salida de Grecia del euro y sus efectos secundarios en toda la eurozona.

El Ibex perdió un 0,60% y descendió a los 10.846 puntos.