Sin ser un consumo masivo, el autogás, el nombre empleado para los vehículos que funcionan con gases licuados del petróleo (GLP) -el butano y el propano- crece paulatinamente en España. De hecho, en la actualidad ya existen 557 estaciones de servicio que lo expenden.

Y el objetivo es superar los 1.000 puntos de venta el año que viene, según Santiago Pérez, nombrado recientemente director general de la Asociación de Operadores de Gases Licuados del Petróleo (AOGLP), integrada por Repsol, Cepsa, Disa, Primagás y Vitogás.

«Desde el sector se ve una oportunidad porque, a pesar de la apuesta por los vehículos eléctricos, el crecimiento del mercado no va al ritmo esperado. La solución inmediata disponible para reducir emisiones es el GLP», afirma.

A diferencia de lo sucedido con la red para abastecer a los coches eléctricos, en el caso del GLP, los operadores han optado porque haya suficientes puntos de suministro aunque los usuarios aún no sean muchos. La flota de vehículos con este tipo de combustible es de unos 50.000 en España.

En todo caso se trata del carburante alternativo «más utilizado en el mundo, con más de 25 millones de vehículos, de los cuales más de 15 millones están en Europa», según fuentes de Repsol, una de las compañías que más apuesta por este combustible, con más de 370 puntos de venta en todo el país.

El año pasado se destinó a gas vehicular el 3,2% del total de la producción de GLP en España, lo que significó 47.000 toneladas. La producción total de GLP en el 2016 fue de 1,44 milones de toneladas, de las que se importaron 513.000 y se exportaron 112.000, explica Pérez.

Una de las ventajas del autogás es que el precio del combustible es un 40% inferior al de la gasolina o el gasóleo, afirma el presidente de AOGLP. «Es verdad que el consumo unitario es más elevado porque se utilizan motores de gasolina, pero gracias al precio del combustible, el ahorro es del 40% o superior», añade.

Además, aunque se agote y no haya puntos de venta cerca no existe riesgo de quedarse tirado, ya que a una autonomía de 1.000 a 1.200 kilómetros se le suma el hecho de que los coches son bifuel. Se puede cambiar a gasolina en cualquier momento mediante la activación de un conmutador que se encuentra en el salpicadero del vehículo.

En el mercado existe una amplia gama de vehículos de este tipo con marcas como Fiat, Peugeot, Reanult, Dacia, SsangYong, Opel o Alfa Romeo, entre otras.

AYUDAS PÚBLICAS / El autogás, además de formar parte de la lista de vehículos apoyado con ayudas públicas en planes como el PIVE 8, en algunos ayuntamientos se le bonifica con un 50% en el impuesto de circulación y con otras ayudas por parte de las autonomías. En ciudades como Madrid, los vehículos propulsados con autogás quedan exentos de las restricciones de circulación de los protocolos por alta contaminación, y cuentan con bonificaciones en el estacionamiento.

Recientemente, la Cooperativa de Auto-Taxi de Zaragoza inauguró un surtidor de gas natural vehicular (GNV), con un coste de unos 2,5 euros cada 100 kilómetros, lo que lo convierte en más económico que el diésel y que el gas licuado del petróleo (GLP).