Miles de agricultores de toda España participaron ayer en Madrid en la manifestación convocada por las tres grandes organizaciones de ámbito estatal, Asaja, COAG y UPA, en demanda de soluciones para lo que consideran "la mayor crisis" del campo español. "Por primera vez en este país, el campo se ha unido de verdad, porque estamos afrontando la peor crisis de nuestra historia", dijo el secretario general de COAG, Miguel López. La asistencia desbordó a los organizadores, que habían previsto la llegada de unos 100.000 productores a Madrid.

Los convocantes de la manifestación pidieron al Gobierno que enfoque los problemas del sector "como una cuestión de Estado"; a las comunidades autónomas, "que arrimen el hombro" y a los partidos políticos, que "aparquen sus diferencias políticas y nos defiendan".

Esto último se volvió a revelar ayer como algo casi imposible. La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, participó en la manifestación y dijo que "hay que defender nuestra agricultura en España y en Europa con uñas y dientes, como lo hizo en su día el PP con grandes ministros de Agricultura (...), y no, con promesas que nunca se cumplen". El responsable de desarrollo rural del PSOE, Hugo Morán, acusó al PP de "sacar rentabilidad de las dificultades" al colocarse "al frente de una manifestación, hurtándole el protagonismo a los trabajadores del campo".

COMO LA BANCA Y EL AUTOMÓVIL El motivo que ha llevado a la jornada de paro del viernes en todo el país y a la manifestación de ayer en Madrid, es la intensa caída de la renta de los agricultores. Los datos oficiales muestran un descenso del 26% de la renta agraria en los cinco últimos años, que es resultado de un fuerte incremento de los costes (del 34,3%) y de una caída de los precios, y que ha provocado una pérdida de 124.000 empleos en el sector.

El presidente de Asaja, Pedro Barato, pidió al presidente del Gobierno que se tome en serio el sector y le ayude económicamente "tal y como lo han hecho con el del automóvil o la banca", dijo. "No pedimos dinero --añadió el secretario general de UPA, Lorenzo Ramos--, solo leyes que permitan que el dinero que están pagando los consumidores se reparta de forma justa", y no a favor de las grandes superficies.

Lo que más enerva a agricultores y ganaderos es la fuerte diferencia existente entre los precios que ellos perciben y los que el comercio cobra a los consumidores. Sobre todo, acudan a las grandes superficies y a su capacidad de imponer acuerdos a agricultores e intermediarios. Por eso reclaman una ley de contratos tipo para permitir que se puedan definir entre las partes interesadas precios mínimos de compra de los productos ligados a costes medios de producción.

También reclaman una nueva regulación de las relaciones comerciales y los plazos de pago, así como un plan de financiación del sector y de refinanciación de sus deudas, con nuevas líneas del Instituto de Crédito Oficial (ICO).

No faltaron los gritos contra el presidente --"Zapatero, dimisión"-- y contra la ministra de Agricultura. A la manifestación, que transcurrió en un ambiente festivo, acudieron 5.000 agricultores de la comunidad, que defendieron el campo aragonés.