Crédit Agricole, HSBC y JPMorgan tendrán que hacer frente a una multa de 485 millones de euros por participar en un cartel para manipular el Euribor entre el 2005 y el 2008. Tras dos años de investigación formal, la Comisión Europea ha concluido que estas tres entidades bancarias intercambiaron «información confidencial y sensible» sobre sus estrategias comerciales para influir en los precios de productos derivados de tipos de interés en euros y vulnerando las reglas de la competencia europea. «La participación en este esquema fue muy lucrativa para estos bancos», explicó ayer la comisaria de competencia, Margrethe Vestager.

De los 485 millones de sanción impuestos, el grueso, 337,1 millones corresponden a JPMorgan, otros 114,6 millones a Crédit Agricole y los últimos 33,6 millones a HSBC. La Comisión Europea ha tenido en cuenta a la hora de calcular el montante de la multa, el valor de las ventas realizadas por cada entidad en relación a estos productos derivados en el espacio económico europeo, la gravedad de la infracción, el ámbito geográfico y la duración.

La Comisión Europea lanzó sus primeras pesquisas en octubre del 2011 con inspecciones sorpresas a los locales de varias entidades. En diciembre del 2013, y en el marco de una investigación preliminar, Bruselas llegó a un acuerdo con cuatro entidades -«Barclays, Deutsche Bank, Royal Bank of Scotland y Société Générale- que también estaban implicadas en el acuerdo ilegal pero que admitieron su culpa. A cambio de esa asunción de los hechos, los servicios de la competencia comunitarios redujeron un 10% la multa y libraron a Barclays de la sanción por ser el primero en denunciar el cartel. En total, tuvieron que pagar 824 millones de euros.

Las restantes tres entidades optaron por no asumir la culpa y de ahí la investigación pormenorizada que se ha visto obligada a realizar desde entonces la Comisión Europea, que se ha saldado este miércoles con una conclusión: JPMorgan, Crédit Agricole y HSBC vulneraron las reglas europeas de la competencia europeas y tendrán que pagar por ello.

«Esta decisión envía un mensaje claro. Los bancos, como todas las empresas, tienen que respetar las reglas de la competencia de la UE», avisó Vestager. «Los mercados financieros necesitan ser competitivos y los productos financieros implicados en este cartel son muy importantes no solo para los bancos sino también para muchas empresas en la UE», añadió sobre unos productos derivados que mueven trillones a nivel mundial.

ENTRE 2005 Y 2008

Según la secuencia de los hechos, el cartel estuvo en funcionamiento entre septiembre del 2005 y mayo del 2008 y en él participaron un total de siete bancos aunque durante diferentes períodos. Los operadores implicados de cada entidad, según ha explicado la danesa, mantenían contactos regulares a través de foros de discusión o servicios de mensajería instantáneos con el objetivo de «distorsionar el curso normal de los precios de las materias primas componentes de derivados de tipo de interés en euros».

Para ello, se comunicaban mutuamente la información que iban a enviar para el cálculo del Euribor e intercambiaron información sensible sobre sus posiciones de negociación o estrategias de cara a las transacciones o la fijación de precios de forma que se fijara un tipo más alto o más bajo en función de sus intereses. «Por darles un ejemplo concreto. Lunes 19 de marzo de 2007. Los integrantes del cartel decidieron que les era beneficioso tener un Euribor más bajo ese día así que semanas antes del 19 de marzo pactaron enviar información que les permitiría rebajar el Euribor ese día», explicó Vestager asegurando que la estrategia les funcionó como han comprobado a través de los mensajes instantáneos a los que han tenido acceso.

IMPACTO MILLONARIO

Aunque Vestager cifró en millones el impacto del cartel y admitió que fue un negocio muy lucrativo para las entidades implicadas -debido al impacto que tiene un pequeño cambio en el Euribor- no pudo dar estimaciones ni sobre su impacto global ni sobre sus repercusiones en el ámbito de las hipotecas ya que el Euribor es el índice de referencia que se utiliza en las hipotecas con tipos variables.

La danesa confía ahora en que esta decisión marcará un punto y aparte en las maniobras de los bancos para manipular los productos derivados con los que comercian pero algunas de las entidades apuntadas con el dedo anuncian batalla. Las bancos multados tienen 3 meses para pagar la multa y 2 meses y 10 días desde que son notificados para recurrir la decisión. Crédit Agricole ha anunciado que recurirrá la decisión porque «está convencido de no haber cometido infracción» alguna desde el punto de vista de la competencia. En todo caso, dijo que la sanción no afectará a sus cuentas del 2016.