La Fiscalía de Braunschweig ha impuesto una multa de 1.000 millones de euros por la manipulación de los sistemas de medición de emisiones de gases en motores diésel al grupo Volkswagen. El conglomerado automovilístico alemán ha aceptado la sanción y ha reconocido que no va a presentar recurso legal. Con ello, la marca asume su responsabilidad en el tema del dieselgate.