El sector español de las energías renovables resucita. Los más de 8.000 megavatios (MW) de potencia subastados en un año originarán inversiones de unos 8.000 millones de euros, tras unos cinco años de parón causados por el recorte a las fuentes verdes propinado por este mismo Gobierno en la anterior legislatura.

La solar fotovoltaica, en un profundo letargo, ha visto cómo de una tacada, en la subasta de la pasada semana, obtenía más de 3.000 MW. Esta industria estima que las inversiones para poner en marcha los proyectos antes del 2020 ascenderán a unos 3.500 millones. La Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA) calcula que se generarán casi 28.000 empleos directos e indirectos para poner en marcha los 3.900 MW previstos. La eólica, que en la licitación de mayo se llevó más del 99% de la potencia, prevé inversiones por 4.500 millones para que los 4.500 MW que deben estar listos antes del 31 de diciembre del 2019 sean realidad.

El sector confía en que todos los actores implicados, desde los promotores hasta los fabricantes, pasando por las entidades financieras y también las administraciones, «trabajen mano a mano» para que todos los proyectos puedan ponerse en marcha. Hasta ahora, el desarrollo de las energías renovables ha tropezado con numerosas trabas administrativas.

Ha sucedido, por ejemplo, en el autoconsumo. Algunas empresas que están incluso dispuestas a pagar el denominado impuesto al sol (un tributo que se carga a aquellas instalaciones que superan los 10 kilowatios) ven cómo se paralizan sus proyectos y sus inversiones. Es el caso de Bodegas Torres, por ejemplo, que ha denunciado recientemente su presidente, Miguel A. Torres.

El Gobierno ha adjudicado en apenas un año y medio un total de 8.737 MW de nueva potencia verde (4.607 MW eólicos, 4.110 MW fotovoltaicos y 20 MW de biomasa) y aún queda pendiente otra subasta de nueva capacidad para las islas. Si todos estos proyectos se convierten en realidad, España cumplirá con creces sus compromisos con la Unión Europea cara al 2020.

GRANDES VENCEDORES

El grupo ACS, presidido por Florentino Pérez, a través de Cobra, fue el gran ganador de la última subasta, con 1.550 MW de fotovoltaica. En esta licitación, la protagonista fue la solar, mientras que en la celebrada en mayo fue la eólica. Entonces ganó la aragonesa Forestalia, que ya arrasó en la licitación del 2016, con el 40% de la potencia en concurso.

La compañía aragonesa tiene a General Electric y al fondo Blackrock de aliados y se convirtió en la mayor adjudicataria en las dos últimas subastas en eólica y biomasa (1.500 megawatios). Ahora irrumpe en la fotovoltaica al adjudicarse 316 megavatios.