El comercio chino sigue imparable. Durante los cuatro últimos años de crisis, el número de emprendedores del gigante asiático casi se ha duplicado en Aragón, hasta totalizar 1.457 empresarios autónomos el pasado enero. Ni siquiera la persistencia de la depresión económica ha frenado este auge. En el último año, 157 chinos se han dado de alta en este régimen de la Seguridad Social, lo que significa que cada dos días y medio, un chino montó un negocio en la comunidad.

La estadística del Ministerio de Empleo confirma lo que se ve en las calles, donde la apertura de comercios regentados por estos ciudadanos es un goteo continuo, cada vez en actividades más dispares. Este fenómeno se concentra en Zaragoza, donde los chinos ya acaparan entre el 10% y el 20% de los locales de venta.

La afiliación total al régimen de autónomos (RETA) en Aragón ha caído un 8% desde el 2008 --10.000 efectivos menos--, una bajada que llega al 30% entre los extranjeros. La evolución de la comunidad china es la contraria, con una subida de la afiliación superior al 80% desde el año de la Expo, con casi 600 emprendedores más. Actualmente, uno de cada cuatro autónomos extranjeros de Aragón pertenece a esta nacionalidad (el 24,08% del total).

El apogeo no siempre es bien entendido por el resto de comerciantes y la población en general, donde predomina la falsa creencia de que este colectivo cuenta con ventajas fiscales para los negocios. La realidad del éxito chino radica en su afán empresarial y el sacrificio por el trabajo, al que dedican maratonianas jornadas. Otro factor es que generalmente no se financian a través de la banca, sino que se prestan el dinero entre familiares y sin intereses, una fórmula muy provechosa en tiempo de escasez crediticia.

A pesar de representar un potente grupo económico, el comercio chino apenas mantienen lazos con las organizaciones empresariales, debido sobre todo a la barrera del idioma. Pero algo está empezando a cambiar. Así lo demuestra la Asociación de Comerciantes de Don Jaime, que tiene asociadas a dos tiendas chinas de ropa. "Colaboran como los españoles y pagan sus cuotas. Estamos contentos con ellos", dice Óscar Sanz, presidente de la misma.