La tienda de moda Chic, situada en la céntrica calle Don Jaime de Zaragoza, no es el típico negocio chino. Si no fuera por las rasgos asiáticos de sus dependientas, bien podría pasar por una moderna boutique de ropa, eso sí, de precio bajo --pantalones desde 9 euros-- y abierta 12 horas diarias de lunes a domingo. Al frente del establecimiento está Susy, es como se hace llamar en español, quien con tan solo 27 años gestiona su propia empresa junto a un primo, de 35 años. "El resto de mi familia tiene pizzerías, bazares, un poco de todo. Yo me he decidido por la ropa, me gusta más", explica con un fluido español. No en vano llegó a nuestro país con tan solo 13 años. Sus padres llevaban ya tiempo afincados en Canarias, donde --como la mayoría de sus paisanos-- se abrieron camino con un restaurante chino.

"Desde pequeña nos enseñan a no estar parado, desde los 18 años ayudaba en el negocio familiar", señala Susy, que acabó los estudios de la ESO, para tratar de explicar el éxito del comercio asiático. "Creo que trabajamos mucho", reconoce. También cree que se debe a que "buscamos el hueco de lo que hay, lo que funciona. Si no es época de lujo, cogemos lo básico. Nos adaptamos rápidamente" Eso sí, añade, "pagamos todo lo que tenemos que pagar, igualito que los españoles. Estoy cansada de escuchar que no pagamos impuestos, es imposible".

Otras de las claves del éxito es la financiación. "En España es difícil conseguir dinero, pero los chinos nos ayudamos unos a otros, nos dejamos el dinero entre la familia y no se pagan intereses, eso es buenísimo. Y encima no te aprietan para devolver", explica.

Su llegada a Zaragoza es reciente. La tienda, donde trabajan en total cuatro personas, abrió en noviembre. Vivía en Madrid, pero prefirió montar el negocio a orillas de Ebro porque aquí encontró un local "bueno y bien situado". "Estamos en crisis pero hay oportunidades", afirma.