Guy Ryder, director general de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), aseguró que en materia de empleo «no estamos fuera de la crisis». En su opinión, se ha fracasado en este terreno, pese a que las tasas de crecimiento económico sean importantes, y que la solución no solo viene de la adaptación a los cambios tecnológicos, sino en mantener una concepción del trabajo como socialización de las personas en la que el salario no sea la única relación entre empleadores y empleados.

La OIT prepara un documento para 2019, con motivo de su centenario, en el que se definirán los retos del mundo del trabajo entre los que, según Ryder, figuran los cambios tecnológicos y los efectos de la vuelta a planteamientos económicos proteccionistas y antiglobalización.

En un desayuno organizado por Nueva Economía Fórum, Ryder detalló algunas de las ideas surgidas en los debates para elaborar el documento. Entre las concusiones destaca la de no considerar que cada cambio «por definición» es bueno en materia de empleo. Por ello, advirtió contra la «trampa del determinismo tecnológico» y sus efectos perniciosos como son la deslocalización y la depreciación del trabajo y los salarios.