La negociacion del nuevo convenio colectivo de Opel España se enquista por momentos. La dirección de la factoría comunicó ayer a los sindicatos que ha decidido suspender el contrato relevo a partir del 1 de enero del 2018 y no renovar a los trabajadores eventuales, lo que, entre ambas medidas, supondría dejar de contratar a más de 500 personas. Los sindicatos calificaron el anuncio de un «auténtico chantaje» y subrayaron que hasta que la dirección no dé marcha atrás no van a seguir negociando. Así, las cosas, las posturas aún están más alejadas en una negociación que actualmente se encuentra «paralizada».

La dirección comunicó que todo ello es consecuencia de no haber llegado a un acuerdo la semana pasada sobre el plan industrial de futuro (el acuerdo de competitividad que permitiría a Figueruelas acercarse a los menores costes de las otras plantas del grupo PSA y competir con ellas por nuevos modelos), así como a no haber podido pactar la ampliación de la jornada de trabajo para producir también durante los fines de semana. «Considerando la situación actual de no disponer de un acuerdo para la fabricación del volumen y la incertidumbre sobre la posibilidad de optar a nuevos proyectos, la dirección ha comunicado la suspensión de la aplicación del contrato de relevo a partir de enero del 2018», subrayó la empresa.

La decisión afectaría a más de 400 trabajadores nacidos en 1957 (los que cumplirán 61 en 2018) y a los empleados jóvenes que deberían cubrir sus puestos, tal y como se ha hecho estos últimos años y la dirección y los sindicatos habían acordado hasta diciembre del 2018.

El retraso de la puesta en marcha del nuevo turno de fin de semana (se preveía activar en el mes de febrero) afectaría también a los eventuales, ya que la empresa iba a ir formando a esos trabajadores durante las próximas semanas para incorporarse al citado turno. Todo ello, unido a la reducción de la velocidad de la línea del Corsa tras la Navidad, va a llevar a la dirección a no renovar a los trabajadores temporales. «Tenemos que afrontar un excedente de plantilla, al menos temporal», dijo la dirección.

«Las consecuencias serían malísimas: dejar de contratar a 400 personas, que esa misma cifra de trabajadores tengan que retrasar su jubilación y desprenderse de unos 100 eventuales», denunció Chema Fernando, de CCOO, que calificó de «chantaje» las medidas planteadas por la empresa, sobre todo la suspensión del contrato relevo.

En este mismo sentido se manifiestaron otras secciones sindicales, que apuntaron que, en el fondo, lo que pretende la dirección es «presionar a los sindicatos y crear mal ambiente entre los empleados».

Con todo, y a pesar de que los representantes de los trabajadores exigieron la retirada de estas propuestas, las secciones sindicales confían en apurar la vía de la negociación. «La mejor manera de solucionar los problemas es seguir hablando», indicó José Carlos Jimeno, de UGT.

Sea como sea, todo parece indicar que las partes no volverán a verse las caras hasta que la planta retome la actividad tras las vacaciones de Navidad en la primera semana de enero. Con la de ayer, ya son 13 las reuniones que se han mantenido en el marco de la negociación del nuevo convenio.

CONTENCIÓN SALARIAL

La única concesión que la dirección hizo la pasada semana fue retirar la rebaja salarial del 6% planteada para el 2018, mientras que mantuvo el resto de ajustes, incluidas la congelación de sueldos, la reducción de pausas de descanso y el aumento de la jornada laboral. Esta propuesta, que la empresa plantea para asemejarse al resto de plantas de PSA, es «inasumible» para los sindicatos.

No obstante, la sección sindical de UGT, mayoritaria en el comité, presentó una propuesta en la que se mostró dispuesta a hablar de contención salarial siempre y cuando las dos líneas de la fábrica estén cargadas de producción durante los cinco años de vigencia del convenio.