A mediados de diciembre pasado, un exportador español podía colocar un vehículo de 12.000 euros fuera la eurozona por unos 12.360 dólares; hoy, ese mismo coche se ha encarecido hasta los 14.400 dólares. Y eso por una razón que nada tiene que ver con el proceso de producción de la competitiva industria española, sino con el hecho de que en diciembre un euro apenas valía 1,03 dólares. Desde entonces la moneda única se ha apreciado el 16% (el 13% en lo que va de año) y ahora un euro vale en torno a 1,20 dólares ( este miércoles ha cerrado a 1,19 dólares).

Si en diciembre, un turista norteamericano debía pagar el equivalente a 80 dólares por una noche de hotel o 30 dólares por un almuerzo, ahora esa misma factura ha subido a casi 93 y 35 dólares respectivamente por efecto de la apreciación del moneda única.

LAS CAUSAS

"La recuperación de la zona euro está sorprendiendo positivamente, mientras que EEUU existe cierta decepción por el retraso en las medidas de estímulo que había prometido Donald Trump", explica José Ramón Díez Guijarro, director de Estudios de Bankia, para situar una de las causas que están detrás de tan rápida apreciación del euro frente al dólar. Este mismo miércoles se ha sabido que el Indicador de Confianza Económica (ESI, por sus siglas en ingles) de la zona euro ha subido en agosto hasta su nivel más alto desde hace diez años, hasta situarse en 111,9 puntos, un nivel no visto desde julio de 2007, batiendo así los niveles precrisis.

La otra razón que está espoleando la apreciación del euro tiene que ver con la expectativa de una próxima retirada de estímulos por parte del Banco Central Europeo, pues ello redundará en tipos de interés más altos en el mercado, lo cual es un atractivo para invertir en euros. Y cuanto mayor es la demanda de euros, más se aprecia su valor frente al dólar.

LAS VENTAS AL EXTERIOR

Los exportadores, sin embargo, temen que tan rápida apreciación del euro frente al dólar pueda hacer daño a sus exportaciones. Desde un punto de vista macroeconómico, el temor es que una posible desaceleración de las exportaciones pudiera acabar dañando al conjunto de las exportaciones españolas y, de paso, a la recuperación de la economía.

La apreciación del euro "claro que afecta" a las exportaciones, resume un portavoz de la patronal de fabricantes de automóviles Anfac. "El 84% de lo que producimos en España se exporta al exterior y el 25% de todo ello se va fuera de la zona euro", recuerda el portavoz de esta asociación que en estos días trabaja en un análisis pormenorizado del posible impacto de la apreciación del euro sobre el sector.

Ni el director de Estudios de Bankia, ni el jefe de Coyuntura de Funcas, Raymond Torres, muestran excesiva preocupación por el calentamiento del euro. Para Díez Guijarro, el actual tipo de cambio de 1,20 dólares significa que la moneda única vuelve a su "zona de equilibrio" después de un tiempo excesivamente depreciada. Recuerda que en el 2014, un euro cotizaba a 1,40 dólares y eso sí era una apreciación excesiva. "En los niveles actuales, la competitividad de las empresas españolas no debería sufrir" añade.

"Es cierto que ahora desaparece uno de los vientos de cola que ha animado la recuperación de la economía española", una vez que ha desaparecido el empuje que supone tener un euro debilitado, añade Torres. "Pero esto se contrarresta con el hecho de una zona euro en crecimiento aumentará su demanda de productos españoles", explica.

Los tipos de interés, a la expectativa

La duda, ahora es cómo reaccionará el Banco Central Europeo (BCE) ante la apreciación de la moneda. Una moneda más apreciada ayuda a contener la inflación (pues son más baratas las compras al exterior); y si la inflación no se recupera puede que el BCE retrase su decisión de propiciar las subidas de tipos de interés que espera el sector financiero, admite el representante de Bankia. "Eso sería una buena noticia para la recuperación de la economía española", aposilla el representante de Funcas.

La exportación, más difícil

Cuando una moneda se fortalece frente a las demás, vender al exterior es más difícil. España es una de las economías más abiertas del mundo; sin embargo, la parte más importante de las ventas al exterior (52,7% del total) se destina a la zona euro, al abrigo de cualquier modificación en el tipo de cambio de la moneda única. Además, un total de dos tercios de las ventas españolas al exterior van a la Unión Europea, fuera de la zona de influencia del dólar.

La importación, más barata

En sentido contrario, la apreciación del euro abarata las importaciones. Ello está contribuyendo a reducir la importante factura energética española pues la compra de barriles de petróleo se puede beneficiar ahora de un dólar que es el 16% más barato que a mediados de diciembre (el 13% desde principios de año). En el 2016 la factura energética española se acercó a los 30.000 millones de euros, un hipotético euro el 13% más caro permitiría un ahorro de casi 4.000 millones al año.

Dudas sobre el turismo

Una moneda más apreciada hace que el turismo sea más caro para los visitantes extranjeros de fuera de la zona euro, al tiempo que abarata las estancias de españoles en el exterior. “La apreciación del euro no planteará grandes problemas al sector”, pronostica el jefe de Coyuntura de Funcas, Raymond Torres. En su opinión, en el sector no solo pesa el precio, sino cuestiones tales como “la capacidad de acogida del país” o la seguridad. Esto último ha derivado a España gran parte del turismo que antes optaba por Turquía o por destinos del norte de África.