José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica, alentó ayer a las empresas españolas a asumir con urgencia la revolución digital porque está en juego su «superviviencia» ante el liderazgo de las compañías de Estados Unidos y de los gigantes asiáticos de China y Japón. Durante la apertura de las jornadas Europa y España ante la Transformación Digital, organizadas por la fundación ESYS (Empresa Seguridad y Sociedad), el presidente de la multinacional española destacó el esfuerzo de esta compañía que ha apostado por internet como parte central de su negocio dentro de un marco de seguridad para el usuario final.

«No hay aspecto de la vida humana que no sea alterado por la tecnología. Los datos pueden desbancar al petróleo como el recurso más valioso», según afirmó ayer Pallete ante un auditorio de exaltos cargos empresariales y gubernamentales como el exministro y exsecretario general de la OTAN, Javier Solana o el exsectetario de Estado de Seguridad del PP, Ignacio Astarloa.

EUROPA EN LA COLA / Los cambios que internet está introduciendo en el conjunto de la economía son tan rápidos que «todas las empresas que han surgido en el nuevo mundo tecnológico, sea de automoción (Tesla), de distribución (Amazon) o de entretenimiento (Netflix), así como del sector de los transportes (Uber), además de los gigantes como Google, Apple, IBM o Microsoft valen más que cualquiera otro de los gigantes de la industria de hace dos décadas.

De hecho, el 52% de las grandes corporaciones multinacionales del año 2000 ya lo existen», según puso de manifiesto el presidente de Telefónica, que lamentó que entre las diez primeras tecnológicas del mundo no haya ninguna europea.

«La disrupción es del tal magnitud que la compañía que no sepa adaptarse, no sobrevivirá», subrayó Pallete.

El cambio social acelerado que está produciendo el mundo digital presenta nuevos problemas y Pallete considera que «el cliente quiere saber en cada momento qué es lo que está pasando» en el ámbito de su vida doméstica y de las relaciones. Por eso el máximo directivo de Telefónica pidió un código de comportamiento, unos nuevos «valores» que giran en torno a la seguridad, la transparencia y el empoderamiento para y por el cliente.