Más de dos décadas de relación han dado mucho de sí, primero con el Inem y actualmente con el Instituto Aragonés de Empleo (Inaem). El caso es que la provincia de Zaragoza ha visto recuperados numerosos bienes de su patrimonio gracias al convenio entre la Diputación Provincial y los servicios públicos de empleo. Y, a la vez, han sido también muchos los jóvenes desempleados de la provincia que ha podido formarse gracias a las escuelas taller que han ido surgiendo fruto de este acuerdo.

"En 1987 dio comienzo la primera escuela taller con el objetivo de rehabilitar el Monasterio de Veruela, que se ha seguido rehabilitando a la vez que se ha formado a desempleados de la comarca de Tarazona, hasta la actualidad", explica Ana Cristina Blasco, responsable de la Escuela Taller Juan Arnaldín.

Además, en el año 1993, comenzó su andadura la Escuela Taller Hospital Provincial, gracias a la cual se pudo rehabilitar el edificio del hospital Nuestra Señora de Gracia, del siglo XV. También la Plaza de Toros de la Misericordia, del siglo XVIII, ha visto pasar a 45 alumnos que se formaban en las especialidades de electricidad, fontanería y albañilería, a la vez que el viejo coso recuperaba su antiguo esplendor. "De esta manera --señala Blanco--, la DPZ, junto con el Inaem, han seguido trabajando por la formación ocupacional de desempleados y la rehabilitación del patrimonio cultural de la provincia de Zaragoza".

Objetivo: el empleo

En la actualidad, la Escuela Taller Juan Arnaldín es un proyecto de formación y empleo para desempleados menores de 25 años, que se integran en cuatro especialidades: carpintería y ebanistería, restauración de arte mueble, restauración de documento gráfico y mantenimiento de bienes culturales.

Este programa tiene como objetivos "formar a jóvenes desempleados para adquirir la cualificación suficiente que les permita conseguir un puesto de trabajo", explica la responsable, "a la vez que recuperar el rico patrimonio cultural de la provincia", añade.

DPZ e Inaem cofinancian este programa de escuela taller, que "se puede dividir en dos grandes etapas", señala Blanco. Durante los primeros seis meses, los alumnos "reciben una intensa formación ocupacional adecuada a la profesión que van a desempeñar", a la vez que perciben una beca de formación del Inaem. "En la segunda etapa del programa, la DPZ contrata a los alumnos trabajadores según la legislación vigente", explica Blanco, hasta un total de un año y medio.

Además, la institución provincial ofrece sus propias instalaciones e infraestructuras para que los alumnos, supervisados por profesionales expertos, desempeñen las funciones y tareas correspondientes a su oficio.