La pensión media de los autónomos ha crecido en los últimos nueve años a mayor ritmo que la de los trabajdores asalariados. Concretamente, en los últimos diez años los autónomos han visto aumentada su pensión en el 23%, frente al 14,8% de los trabajadores del régimen general, según los últimos datos de la Seguridad Social. Esto se explica, en parte, por las abultadas diferencias de partida y todavía existentes entre ambos colecitvos.

Un trabajador por cuenta propia cobraba en julio 650,31 euros de media, mientras que un ex empleado recibía 1.034 euros. La brecha entre ambos colectivos se ha ido reduciendo, aunque todavía es significativa. Si en julio del 2009 la pensión media de un autónomo representaba el 58,7% de la de un asalariado, en julio del 2018 representó el 62,9%.

La cuantía de las pensiones de los autónomos está entre las más bajas de entre los diferentes colectivos, hasta el punto que los trabajadores por cuenta propia son la categoría laboral que mayor porcentaje de pensiones mínimas concentra. El 36,8% de los trabajadores por cuenta propia que actualmente cobra una pensión, ya sea de jubilación, de invalidez o de otro tipo, recibe una pensión mínima. Dicho porcentaje entre los trabajadores del régimen general es del 23%. Una precariedad que en los últimos diez años se ha ido recudiendo, ya que en el 2009 el 41,3% de los autónomos percibía una pensión mínima.

La comparativa de la última década no es posible ya que, tal como explican desde la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA), el actual sistema del Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) no se implantó hasta el 2009, computando antes en la misma categoría muy diferentes perfiles.