CREADA EN 2008

ACTIVIDAD: DISEÑO, FABRICACIÓN Y VENTA

DE EQUIPACIÓN DE MONTAÑA, OUTDOOR

Y TRAIL

FACTURACIÓN: 600.000 EUROS

PLANTILLA: EN ESPAÑA 7 PERSONAS Y VARIAS MÁS EN CHINA Y FRANCIA

Pequeño pero internacional. Así es el negocio de los hermanos Miguel y Rafael Peinado, de 37 y 36 años, ingenieros de formación y apasionados a la montaña, cuyo perfil personal es también muy global. Ambos tienen esposas extranjeras (de Japón y de Estados Unidos, respectivamente) y atesoran una trayectoria muy cosmopolita. Los dos han vivido largas temporadas fuera de España y ese bagaje se percibe en Osso, la prometedora empresa de ropa de montaña y outdoor de la que son fundadores y propietarios. En ella han dado rienda suelta en este proyecto al emprendedor que llevan dentro.

Entre otras experiencias, Miguel trabajo cuatro años en el Reino Unido para una gran teleco (BT), un empleo que dejó para dar la vuelta al mundo durante 20 meses. "Mi vida era privilegiada, pero sentía que algo faltaba. Con la única certeza de que no podía quedarme quieto a esperarlo, cogí los bártulos y me lancé a buscar mi destino", explica. De su paso por Nepal surgió la idea de crear Osso, que coge su nombre de una leyenda tibetana. Ahora se mueve entre Madrid y Zaragoza, volcando en el crecimiento comercial de esta empresa.

Rafael sigue anclado en el exterior. Vive en China desde hace siete años, aunque cada tres meses vuelve a España. Un mañandarin que también ha residido y trabajado en Lyon, Inglaterra e Irlanda, pero una beca del Icex le llevó a Pekín. Allí trabajó para la embajada española y fue director en China de la ingeniaría civil Prointec durante cuatro años. Desde hace tres está implicado al máximo en Osso, en la que también trabaja otra hermana (son seis en total).

La presencia de Osso está centrada en España, pero tiene vocación internacional, la misma que sus dueños. "Somos muy pequeños pero estamos deseando crecer un poco más para tener músculo financiero y salir fuera", destaca Rafael. De hecho, ya cuenta con una tienda en China y una pequeña implantación en Francia (dos empleados) para labores logísticas, de marketing y atención al clientes. "El próximo salto será abrir tienda", explica, pero antes quieren consolidar su negocio en España.

No tienen prejuicios al señalar que la mayor parte de su producción viene de China. Lo atribuyen "a la cadena de valor" de la industria textil de ese país, algo que en España ha desaparecido. Pero tienen en mente ampliar la fabricación en España, donde ven posible que reviva esta industria en el futuro.

Desde la distancia, Rafael observa con preocupación la crisis que azota su tierra, pero es optimista y confía en el potencial de los españoles. "Tenemos unos activos impresionantes, estamos bien formados y somos buenos socialmenn-te". Lamenta eso sí "el miedo al fracaso" que existe en España a la hora de montar un negocio y que no se valores más el valor del emprenden-dor y del empresario.