El índice de precios de consumo (IPC) volvió a registrar una tasa negativa en julio --después de tres meses en positivo--, con una caída del 0,3%, si bien expertos y Gobierno descartan la posibilidad de que se produzca deflación (caída continuada de los precios). "El avance del Instituto Nacional de Estadística (INE) destaca la absorción del efecto base provocado por el aumento del precio de los alimentos y la energía hace una año", destaca el análisis realizado por el servicio de estudios del BBVA de los datos avanzados por el instituto de estadística. "Influye en esta evolución la inesperado bajada de los precios de la energía eléctrica. Según nuestras estimaciones, la inflación subyacente podría haberse mantenido estable en el 0,0%", agregó la entidad.

En la misma línea el secretario de Estado de Economía, Jiménez Latorre, defendió que no hay riesgo de deflación. Atribuyó el descenso a elementos más volátiles como la alimentación, la energía o la electricidad. Con todo, si el próximo 13 de agosto se confirma este dato adelantado, la tasa negativa del 0,3% sería la mayor desde octubre de 2009, cuando la caída fue del 0,7 %.

El INE destacó que el descenso de julio se debió, principalmente, a la estabilidad de los precios de los carburantes y lubricantes y de los alimentos y bebidas no alcohólicas frente a las subidas experimentadas en 2013. Y también recalcó la influencia de la bajada de los precios de la energía eléctrica. Asimismo, según el indicador adelantado del INE, los precios de consumo registraron en julio un descenso mensual del 0,9% respecto a junio.

El catedrático de Fundamentos del Análisis Económico de la Universidad de Valencia Joaquín Maudos señaló a Efe que ya estaba previsto que durante este año hubiera algún mes con tasa negativa y vaticinó que el año acabará en positivo. "Habrá una inflación reducida a final de año --planteó-- que no viene nada mal para ganar competitividad y para no deteriorar la capacidad adquisitiva de los ciudadanos, sobre todo en un contexto de moderación e incluso de caídas de salarios".

El presidente de la organización de trabajadores autónomos ATA, Lorenzo Amor, planteó ayer que la reforma fiscal que aprobará mañana el Consejo de Ministros será "un buen antídoto" para elevar las bajas tasas de inflación de estos últimos meses, pues traerá consigo la reactivación del consumo. "Todo lo que sea rebajar costes energéticos y que no suban los carburantes es, sin duda, una buena noticia para la economía real y especialmente para el colectivo de autónomos", dijo.