La economía francesa experimentó un avance del 0,5% en el segundo trimestre del 2017, lo que implica encadenar tres trimestres creciendo a este nivel, gracias al mayor papel de las exportaciones en la balanza comercial y a la inversión. Se confirman, por tanto, las cifras anunciadas en la primera estimación anunciada hace un mes por el Instituto Nacional de Estadísticas y Estudios Económicos de Francia (INSEE, por sus siglas en francés).

Entre los meses de abril y junio, el consumo de los hogares creció un 0,3%, lo que implica una mejora respecto a los tres meses anteriores, cuando avanzó un 0,1%. La inversión, por su parte, a pesar de que se ralentizó con respecto al trimestre inmediatamente anterior, aportó hasta siete décimas al crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) francés.

DEMANDA INTERNA

En su conjunto, la demanda interna francesa aportó hasta cuatro décimas a la economía entre los meses de abril y junio. Asimismo, el comercio exterior contribuyó positivamente al PIB, representando un 0,6% sobre dicha variable, frente al dato negativo (del 0,6%) de los tres primeros meses del ejercicio.

En concreto, las exportaciones crecieron el 2,5% y las importaciones el 0,4%, un comportamiento contrario al del primer trimestre, en el que las primeras disminuían el 0,9% y las segundas crecían el 1,1%.