La policía fiscal perteneciente a la Oficina Nacional de Investigación del Fraude (ONIF) tiene dificultades para rastrear las operaciones financieras del entramado empresarial del exvicepresidente del Gobierno y exministro de Hacienda, Rodrigo Rato. El informe remitido al Juzgado de Instrucción número 3 de Madrid advierte de que de un total de 15 países en los que se produjeron movimientos sospechosos de capitales solo el Reino Unido ha respondido a las comisiones rogatorias de información reclamadas por España.

El informe alerta del «elevado riesgo fiscal» que reflejan los movimientos de capitales de Rato y sus empresas con cuentas radicadas en entidades extranjeras, que calculan en más de seis millones de euros. Además, consideran que esos movimientos, «de los cuales más de tres millones corresponden a ejercicios no prescritos», no se corresponden con la actividad básicamente nacional de las actividades de las empresas de Rato.

El tráfico financiero, «tan solo con la sociedad Kradonara 2001 superaba los seis millones y medio», como reflejo de una actividad inusual y que se centraba «en muchas ocasiones» con países caracterizados por su opacidad fiscal como Luxemburgo, Gibraltar, Suiza y Mónaco. La ONIF reconoce que el informe remitido no ha podido incorporar «las posibles rentas que puedan derivarse del análisis de los movimientos bancarios habidos en esos países». Esta oficina antifraude también consideró necesario enviar comisiones rogatorias a Estados Unidos, Francia, Irlanda, Alemania, Australia, Brasil, Italia, Países Bajos, Suazilandia y Dominica conel fin de poder rastrear el movimiento de las divisas y el posible blanqueo de dinero.

DEFRAUDACIÓN

Según las conclusiones de la investigación, el también exdirector del FMI defraudó a Hacienda 6,8 millones de euros entre el 2004 y el 2015, con unas rentas no declaradas en el IRPF de unos 14 millones de euros.

La ONIF afirma que el sistema utilizado para el fraude consistió en «ganancias de patrimonio no justificadas derivadas del tráfico de dinero en el extranjero y no declarado fiscalmente; ganancias de patrimonio sin previa transmisión de rentas; rendimientos de actividades económicas como conferenciante», que no declaraba en el IRPF, sino a través de sus sociedades, y «gastos de la actividad empresarial que no son deducibles».

SOCIEDADES

Rato dispuso de varias sociedades en el extranjero como destino de transferencias desde España. Es el caso de las firmas panameñas Red Rose Limited y Westcastle, la británica Vivaway Limited.

Los delitos por los que se investiga a Rodrigo Rato en esta causa --totalmente independiente del caso Bankia y del de las tarjetas black, por el que acaba de ser juzgado-- son cinco delitos fiscales, corrupción entre particulares, blanqueo de capitales y administración desleal. Por otro lado, el informe elaborado por la ONIF vuelve a atribuirle insolvencia punible.