En dos ocasiones aseguró ayer la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, que la voluntad del Gobierno es "devolver los esfuerzos realizados durante la crisis" a algunos "colectivos". Se refería en concreto a la voluntad del Ejecutivo de reintegrar a los funcionarios parte de la paga extra que le quitó en 2012. Pero, según el PP, hay otro "colectivo" que se merecería ser compensado por los recortes sufridos estos años: el de los pensionistas. Pablo Casado, vicesecretario de Comunicación del PP, afirmó ayer que las pensiones "se revalorizarán en la medida de lo posible" en los próximos meses, unas palabras voluntariamente ambiguas, pero que sugieren que el Gobierno puede utilizar este otro as en la manga antes de las elecciones.

En el 2013, el Gobierno de Rajoy reformó el sistema, desvinculó las rentas de jubilación del IPC y fijó un aumento mínimo del 0,25% anual, lo que, en algunos ejercicios, puede implicar una pérdida de poder adquisitivo, en el caso de que los precios suban. No obstante, si el Ejecutivo considera que dispone de los recursos necesarios tiene poder para aprobar un incremento superior a ese 0,25%.

Según fuentes de Empleo, una revalorización del 1% supondría "un gasto adicional de 1.000 millones de euros". La Seguridad Social cubriría una parte (280 millones, correspondientes al 0,25%), y el resto debería salir de una partida presupuestaria.