La vivienda lleva ya dos años y medio encareciéndose en España, después de caer durante algo más de seis años tras el estallido de la burbuja inmobiliaria. Los precios se elevaron otro 4% en el tercer trimestre respecto al mismo periodo del 2015, en línea con el segundo (3,9%), lo que da indicios de una cierta estabilización del ritmo de incremento tras la fuerte subida del primero (6,2%), según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Entre abril y diciembre del año pasado, también subieron entre el 4% y el 4,5%, nivel que parece marcar la velocidad de crucero de los aumentos.

Servihabitat, precisamente, calculaba este lunes que la vivienda se encarecerá un 4,6% en el conjunto del 2016 y un 4,3% en el 2017. Así, la recuperación de la economía, y el consiguiente aumento de las compraventas de viviendas, van a seguir llevando los precios al alza. La estadística del INE, con todo, tiene básicamente en cuenta los precios de las viviendas de las transacciones cerradas, con lo que deja fuera a las viviendas que tienen más difícil venta, cuyos precios están estancados o todavía a la baja, según el caso.

Poca vivienda nueva

La tasadora Tinsa, en esta línea, calculaba también el lunes que el valor medio del conjunto de inmuebles residenciales subirá entre un 0% y un 2% en el 2017, en línea con el dato esperado para el cierre de este año, después de la caída acumulada del 41,2% que registra desde los máximos del 2007. El servicio de estudios del BBVA, más optimista, estima que el encarecimiento de las casas y pisos será del 2% este año y del 3,5% el próximo, al tiempo que augura un aumento del 6,5% y 10% en las ventas.

Pese a estas subidas, los expertos estiman que el mercado inmobiliario español no está encaminándose a una nueva burbuja. Al menos por el momento, ya que el número de compraventas (se prevé que ronden las 450.000 en el conjunto del 2016, frente a las 965.000 del 2006) es superior al de hipotecas (300.000 frente a 1,3 millones), lo que implica que los bancos no están financiando todo el valor de los inmuebles o incluso otros bienes con estos créditos, como sucedía antes de la crisis.

En el tercer trimestre de este año, la vivienda nueva se encareció el 7,3% respecto a doce meses antes. Este tipo es el que más sube debido a la escasez de oferta, sobre todo en los grandes núcleos urbanos, a causa de la parálisis que ha sufrido el sector de la construcción en los años de la crisis. Sin embargo, el dato revela una cierta desaceleración frente al 8,4% al segundo trimestre, si bien es mucho más elevado que en el mismo periodo del 2015 (4,3%). El precio de la vivienda usada, en cambio, aceleró su subida interanual desde el 3,2% del segundo trimestre al 3,5% en el tercero.