La Audiencia de Zaragoza celebró ayer el primer juicio en la provincia en la que una empresa como tal se sienta en el banquillo de los acusados. Hasta antes de la última reforma del Código Penal en el 2015, las sociedades solo podían responder como responsables civiles subsidiarios. De ahí que ahora muchas empresas hayan puesto en marcha el procedimiento europeo deniminado compliance.

En el banquillo de este tribunal provincial se sentó el gestor de Griselda Metalurgia Calderera, ya que el propietario de la misma falleció el mismo día que le notificaban desde el juzgado la denuncia penal por un delito de estafa que interpuso la perjudicada, Caixabank.

Tanto la Fiscalía como la entidad acusan a esta sociedad de presentar para su descuento en el banco 39 letras de cambio relativas a transacciones económicas simuladas, llevando a cabo de esta forma lo que se conoce coloquialmente como peloteo de letras. En el acepto de todas ellas aparecía un cliente habitual de la acusada, si bien este negó haberlas aceptado. Caixabank estima que lo impagado se eleva a los 319.515,86 euros, de los que solo recuperó 16.000. Por todo ello las acusaciones piden como condena una multa de 1,2 millones de euros.