Aunque los afectados por Gescartera calificaron ayer la sentencia de "satisfactoria" y, como consideró el presidente de la asociación de usuarios Adicae, Manuel Pardo, servirá para "escarmentar" a las entidades financieras que "cooperan con fraudes masivos", el proceso no terminó ayer. Ni mucho menos. Miguel Bajo, abogado del principal condenado, Antonio Camacho, recurirrá ante el Supremo porque considera la sentencia "demasiado dura, injusta y condescendiente con los perjudicados", quienes han exagerado sus peticiones.

También el abogado de Pilar Giménez-Reyna, Agustín Tornos, se reunió con su defendida --visiblemente afectada-- tras oir la sentencia para animarla y explicarle que puede lograr un retraso de varios años en el proceso recurriendo ante el Supremo, después ante el Constitucional y luego ante el Tribunal de Estrasburgo. Giménez-Reyna estuvo llorando sin salir de la Audiencia, acompañada por su marido y por su familia. Está acusada de cooperación, ya que conocía las irregularidades que se cometían en Gescartera.

También recurrirán La Caixa y Caja Madrid, aunque los recursos pueden provocar retrasos de hasta tres años, lo que aumentará considerablemente los intereses de las cantidades de las que son responsables subsidiarios. En total, ambas entidades podrían tener que hacer frente a 150 millones de euros.