La eficiencia será la máxima que definirá cuál es el futuro de las factorías de PSA-Opel en Europa, incluida la de Figueruelas. Quizá esa fue la palabra más repetida por el presidente del grupo francés, Carlos Tavares, durante la presentación del acuerdo de compra de la filial de General Motors (GM) en París. «No necesitaremos cerrar plantas si somos eficientes», dijo el lunes el máximo responsable del ya segundo fabricante europeo de vehículos. Y los sindicatos españoles, que ven en esta operación una «oportunidad», han tomado buena nota de ello. Las fábricas más competitivas, productivas y eficientes serán las que acojan los nuevos modelos de PSA-Opel en el futuro.

«Tenemos asumida la competencia y eso es bueno», afirmó el secretario general de FICA UGT en Aragón y miembro del comité europeo de Opel, Pedro Bona, en la presentación de la estrategia de UGT en la negociación de los detalles de la compra, que se inicia ahora con PSA y que concluirá a final de año.

LA PRIMERA PIEDRA DE TOQUE / Figueruelas lanzará en agosto el nuevo Citröen C-Aircross (primer vehículo nacido de la alianza de Opel y PSA) y esa será una buena piedra de toque para calibrar la relevancia de la planta zaragozana en el nuevo grupo. Ayer Tavares recordó en el Salón del Automóvil de Ginebra que tanto el Citröen C-Aircross como el Crossland X, los todocaminos que se van a fabricar de forma conjunta en Figueruelas, «se han desarrollado de forma conjunta por parte de GM y PSA tanto en diseño como en ingeniería».

Ese, por tanto, será el mejor aval para que Opel España pueda optar con garantías a la fabricación en exclusiva del Corsa y del sustituto del Adam, a partir del 2019, algo que todavía no está garantizado. Un extremo que ayer confirmó el propio Tavares. «Vamos a respetar el ciclo de producto actual de GM», aunque el siguiente ciclo ya se decidirá como grupo PSA-Opel y siempre en términos de eficiencia, advirtió.

PARTICIPACIÓN SINDICAL ACTIVA / Esta es solo una de las incógnitas que rodean la operación. Para buscar respuestas y despejar dudas, UGT y CCOO han solicitado una reunión con Carlos Tavares y con el ministro de Economía, Luis de Guindos. Al primero le pedirán una participación directa en la negociación y garantías en el largo plazo --no solo en el medio y corto plazo-- para las factorías españolas en materia de empleo, inversiones y carga de trabajo, por su «elevada competitividad, flexibilidad y calidad». Esta reclamación es extensiva a las empresas auxiliares de las tres factorías. Al segundo, le exigirán coordinación y mayor implicación del Gobierno porque «con una llamada de teléfono no se pueden solucionar los problemas», recalcó el secretario sectorial de industria automovilística UGT FICA, Jordi Carmona.

UGT y CCOO recalcaron ayer que la operación está todavía en situación de «incertidumbre», y aunque apostaron por que llegue a buen término, subrayaron que la parte social «aún tiene mucho que decir» si el desenlace no satisface a los sindicatos.