La mayor parte de los analistas financieros prevén que el Banco Central Europeo, en su reunión de este jueves, mantendrá intactoel rumbo de su política monetaria a pesar de que la inflación de la eurozona llegó al 2% en febrero, su tasa más alta en cuatro años que la ha hecho coincidir con el objetivo (del 2%) que persigue el BCE.

Según la impresión de los analistas consultados, en su reunión de marzo BCE mantendrá el precio del dinero en su mínimo histórico del 0,0%; conservará el tipo de interés negativo del 0,4% para los depósitos y seguirá adelante con el ritmo anunciado de compras de activos (80.000 millones de euros en marzo y 60.000 millones al mes a partir de abril hasta finales del 2017). Además, podría revisar ligeramente al alza sus previsiones de crecimiento e inflación para la zona euro.

TÍMIDAS SEÑALES

A lo sumo, como única señal de una incipiente normalización de la política monetaria, se admite que el BCE pueda anunciar este jueves que no realizará nuevas operaciones de liquidez (TLTRO) después de la última, prevista para este mes, según el pronóstico de los analistas de Bankia. Además, los analistas de Bank of America aconsejan estar atentos al discurso que pronuncie el presidente del BCE, Mario Draghi, en la rueda de prensa posterior a la reunión del banco central pues podría eliminar su habitual compromiso a rebajar aún más los tipos de interés si fuera necesario.

Mientras se espera que el BCE mantenga su política monetaria sin cambios, los analistas también coinciden en señalar que muy probablemente la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) sí subirá los tipos en marzo (algo a lo que se le otorga una probabilidad del 90%)

REVISIÓN AL ALZA DE LAS PREVISIONES

De la reunión de este jueves del BCE también se espera que que Draghi revise ligeramente al alza sus previsiones de crecimiento e inflación para la zona euro. Así, podría elevar una décima tanto su previsión de crecimiento para este año (del 1,7% al 1,8%), así como su estimación de inflación (del 1,3% al 1,4%), según se atreve a pronosticar el banco japonés de inversión Nomura.

A pesar de que la inflación llegó al 2% en febrero, "Draghi ha sido muy claro sobre que el BCE quiere tener mayores evidencias de que el objetivo de inflación será conseguido antes de empezar a normalizar la política monetaria" explican los analistas de Nomura. En Bankia se anticipa que la inflación pudo haber tocado techo este año en febrero y que se moverá en un rango entre el 1,7% y el 2% hasta el verano. Lo importante es cómo evolucione la llamada inflación subyacente(que no tiene en cuenta los precios más volátiles de alimentos no elaborados y energía). En este sentido Nomura anticipa tasas del 1,2%, el 1,5% y el 1,7% para el inflación subyacente de la zona euro en el 2017, el 2018 y el 2019.

EN ESPERA DE SEPTIEMBRE

"Draghi hará uso del tiempo comprado en diciembre, cuando anunció una prórroga del QE (compra de activos) hasta finales de diciembre del 2017", explican en Bank of America como argumento para llegar a la conclusión de que no se esperan cambios en la reunión de este jueves. "La actual tregua entre halcones y palomas se reflejará en un tono suave de Draghi, sin ninguna decisión", añaden los analistas de BoA, si bien advierten de que "después del verano, el debate sobre el futuro del QE será inevitable".

“El BCE rechazará las fantasías de un 'tapering' por ahora a pesar de la subida de la inflación y de la previsible revisión al alza de de su previsión”, coinciden en señalar los expertos del banco suizo Julius Baer. 'Tapering' es el término que emplean los expertos para hacer referencia al proceso de normalización de la política monetaria después de años de medidas acomodaticias para hacer frente a la recesión y la crisis financiera.

Según el calendario que maneja Nomura, las primeras señales de una normalización podrían producirse en la reunión de septiembre en la que Draghi ya podría deslizar el final del programa de compra de activos en el 2018 de modo que los primeros cambios en los tipos de interés podrían producirse en la segunda mitad del año próximo, empezando por una ligera subida del tipo negativo del 0,40% que el BCE aplica ahora a los depósitos de las entidades financieras.