Los centros especiales de empleo son una figura creada con la finalidad de integrar laboralmente a aquellas personas que, por el hecho de padecer una discapacidad, tienen mayores dificultades a la hora de insertarse en el mercado laboral. El objetivo de estas empresas pasa por asegurar a estas personas un empleo remunerado y la prestación de unos servicios de ajuste personal y social.

La plantilla de estos centros ha de estar constituida, al menos, por un 70% de personas con parálisis cerebral, discapacidad intelectual, enfermedad mental, discapacidad física o sensorial, reconocida oficialmente en un grado igual o superior al 33%.

Aragón cuenta con 63 centros especiales de empleo, en los que trabajan en torno a 1.700 trabajadores con discapacidad (50% física, 34% psíquica, 8% sensorial y 8% enfermedad mental), de los que el 39% son mujeres y el 61% son hombres.

El Inaem ha consignado este año centros especiales de empleo un presupuesto de once millones de euros.